Capítulo 10

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—¿Conoce a alguien que quiera matarla?
La pregunta del detective Montés reclamó de nuevo mi atención que había concentrado en Poché hasta ese momento.

¿Sobre qué estará discutiendo con su amiga mientras Liam y Nick se acercaban para poner la antena?

Parece como si ella la estuviera metiendo en cintura y, predeciblemente, Poché no diera el brazo a torcer. Laura no me dió ninguna indicación de que me desapruebe como elección de esposa de Poché, pero...Aparté la mirada.

Da igual si le gusto o no a su mejor amiga.
Poché y yo no vamos a estar casadas el tiempo suficiente como para que me importe su opinión. Pero tengo que admitir que Laura me cayó bien. Y ver cómo Poché recibe una buena reprimenda verbal de su muy embarazada amiga, me hizo sonreír. Que ella permanezca ahí quieta, escuchando lo que Laura tiene que decirle... Sin duda, Mike jamás habría tolerado aquel tipo de actitud de ninguna mujer.

El detective cuarentón se quitó las gafas de sol. El húmedo calor reinante aquel mes de mayo hizo que estuviera sudoroso.

—¿Señorita Calle? —reclamó mi atención.

—Lo siento. ¿Me ha preguntado si sé de alguien que quiera matarme? Sí. Como ya he dicho, soy agente de libertad condicional, así que probablemente haya más de uno. Pero debería anotar el nombre de Cortez Villarreal. Es mi principal sospechoso; pertenece a la organización de los Gansters Disciples. Ya pesa una orden de arresto sobre él.

El detective hojeó sus notas.

—Cierto. Me informaré de si lo hemos detenido. —Sacó el móvil de la funda del cinturón y marcó un número—. Ponme con Boudreaux. Sí, esperaré. —Entonces me miró otra vez—. ¿Algún sospechoso más?

Revisé mentalmente la lista de reinsertados a
mi cargo. No me llamó la atención nadie más.

—Creo que no.

—¿Algún miembro de su familia? ¿Algún enemigo?

Sin duda mi padrastro no me tiene demasiado aprecio, pero Mike nunca ha sido violento; sólo un cabrón anipulador con un agujero en el lugar donde debiera tener el corazón. Negué con la cabeza.

—¿Una ex pareja?

El único que tiene alguna razón para estar enfadado conmigo es Ben, pero no se mostró celoso cuando supo que me casé con su amiga, sólo le molestó cuando me negué a tener relaciones sexuales con él. Se disculpará en un par de días, cómo hace siempre que discutimos. A pesar de haber sido militar, Ben no es demasiado agresivo.

—Definitivamente no.

Montés tomó nota.

—Nos ha dicho que no había visto antes a su asaltante. ¿Está segura?

—Sí.

—¿Existen posibilidades de que esté relacionado con Villarreal?

Encogí los hombros.

—Supongo. Cuando lo encierren, deberían comprobar sus huellas dactilares.

El detective asintió con la cabeza.

—Es la manera más fácil de saber si tiene antecedentes. El sospechoso debería estar ya en comisaría. Lo preguntaré tan pronto como... —De repente, sonó el móvil, reclamando su atención—. Sí, Armand. ¿Está ahí Cortez Villarreal?... Sí, se le ha terminado el permiso. —Un momento después, maldijo por lo bajo—. No es posible. Háblame sobre el tipo que acaba de ingresar acusado de intento de asesinato, mira los antecedentes... —El detective frunció ceño—.¿Qué? —Luego pareció quedarse completamente anonadado—. ¡Joder! ¿Cuándo? —El detective cerró los ojos y suspiró—. Mantenme informado.

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