María José Garzón.No dormí nada. Calle estaba ahora encogida a mi lado, aunque la hice rodar sobre su espalda dos veces en las últimas horas para besarla profundamente y unir nuestros cuerpos de una manera profunda y tierna manera que la hizo llorar de éxtasis debajo de mí antes de acurrucarse como una pelota, exhausta. Y a pesar de lo mucho que todavía deseaba sumergirme en su apretada vagina y hacer otra vez el amor, no podía ser.
La desesperación tensó cada uno de mis músculos. Tenía que dejarla ir porque era lo correcto. Calle se sometió anoche de la manera más maravillosa posible, pero seguía insistiendo en que no estaba preparada para una relación como ésa a largo plazo.
Después de conocer a Mike, sabía por qué pensaba así, aunque no estuviera de acuerdo. No podía obligarla a superar sus miedos por mí. Por mucho que odiara el divorcio de mis padres, el Coronel tenía razón. No podía retenerla contra su voluntad. Ella tenía que querer estar conmigo. Tenía que superar sola sus miedos.
Y éstos estaban jodidamente arraigados.
Miré el reloj. Eran casi las tres de la madrugada. Contaba los segundos que nos quedaban y mi corazón se desgarraba. ¿Cómo iba a soportar el enorme agujero que ella dejaría en mi alma? Nadie podrá llenarlo jamás. Lo único que esperaba es que Calle fuera feliz algún día.
Mi móvil vibró sobre la mesilla de noche. Lo cogí con rapidez. En la pantalla parpadeaba el nombre de Hans. Mi tiempo con Calle había terminado.
Me puse alerta.
—Dime.
Hans lanzó un largo suspiro.
—Hemos encontrado a Cortez Villarreal. No llegó a entrar al Club, así que tuvimos que seguirle la pista hasta un laboratorio de metadona de la ciudad.
—¿Y? — me senté en la cama tras apoyar la cabeza de Calle sobre la almohada y puse los pies en el suelo.
—Está muerto. Según el detective de homicidios, lleva muerto entre cuarenta y ocho y setenta y dos horas.
¡Mierda! Eso explicaba por qué nadie más había vuelto a atentar contra Calle. Villarreal no había tenido tiempo de contratar a otro asesino antes de su inoportuna defunción.
—¿Causa de la muerte?
—Una bala en la cabeza. Es la marca de la casa. De hecho, uno de los rivales de Villarreal se atribuye el mérito y posee detalles sobre el asunto que no puede saber nadie más que el asesino. Me apropié de su móvil y su portátil antes de que llegara la policía. Te haré saber cualquier cosa que encuentre.
—Gracias. —Me sentí aliviada.
Colgué el teléfono y me acerqué a la ventana para abrir los cortinones para permitir que entrara la plateada luz de la luna e iluminara la resplandeciente piel de Calle. Clavé los ojos en ella y suspiré.
Esto era todo. El final. No tenía ninguna razón para demorarme más aquí. Sólo que la amaba. Parece que el peligro que la acecha ha desaparecido, pero le pediré a Hans y a Liam que velen por ella, por si acaso. Le había prometido firmar la demanda de divorcio y salir de su vida. Cumpliré mi palabra incluso aunque eso me mate.
Tragué saliva, tecleé en el móvil y lo puse en modo cámara. Sólo una imagen. Necesitaba tener algo, mi cielo e infierno personal. Quería recordarla así, cómo mi esposa, en su cama, con aquella suave expresión de saciedad y tranquilidad.
En cuanto oprimí el botón observé la fotografía, sabiendo que ésa sería la primera del millón de veces que la miraría. La imagen era perfecta. Calle había salido hermosa y exuberante, con los labios hinchados y el pelo enredado cubriendo los montículos de sus pechos ... Pero no era suficiente.
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Pero Tú!
Fanfiction(Adaptación Caché +21) 𝑼𝒏𝒂 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒊𝒂 𝒔𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒂... María José Garzón (Poché) tenía todo lo que deseaba hasta que una bala le hizo replantearse su trayectoria como teniente en la Marina. Inquieta e insegura sobre su futuro, acepta una i...