Capítulo 16

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Me vuelvo a disculpar por estar desaparecida, pero me cambié de casa y las mudanzas me estresan mucho como para ponerme a prepararles capítulos. El internet lo instalaron apenas ayer. Así que, aquí está el maratón que les había prometido. Espero que lo disfruten.

Pd: el último capítulo se tardará un poquito más porque todavía está en edición.

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Narrador omnisciente

Las veinticuatro horas transcurridas desde que se había escabullido del apartamento de Nick habían sido las peores de su vida. Calle se pasó la mano por el pelo mientras iba de un lado a otro de la habitación del hospital donde habían ingresado a su madre. Ya se estaba haciendo de noche; necesitaba darse una ducha, comer algo y... controlarse para no estrangular a Mike.

-Tranquilízate, Daniela -la recriminó su padrastro-. Pareces un elefante que irrumpiera furioso en una cacharrería. Has heredado la elegancia de tu madre, es decir ninguna, y...

-¡Cállate! -Se volvió con rapidez hacia él, con los puños cerrados y la furia bullendo en su interior-. ¿Cómo coño pudiste dejarla sola y
sin recursos cuando sabías que estaba enferma? ¡Podría haber muerto!

Desde la silla situada en la esquina, Juliana meneó imperceptiblemente la cabeza. Calle sabía lo que le estaba diciendo su hermana: aquello sólo haría que Mike se enfadara más, que se pusiera más a la defensiva; algo que, a la postre, acabaría pagando su madre. Juli era de la opinión de que no había que meterse en temas de pareja. Pero Calle apenas podía contener la ira.

Quería que aquel gilipollas pagara por sus acciones.

Mike puso los ojos en blanco.

-¡Qué dramática eres! Por supuesto, el médico nos dirá que ha estado a las puertas de la muerte; así gana más dinero. Pero esto es sólo un resfriado sin importancia.

-¿Un resfriado? Mi madre tiene una neumonía. Si hubiéramos esperado más tiempo, hubiera sido fatal para ella. Los médicos no mienten.

-Daniela, ningún hombre quiere a su lado a una mujer chillona y malhablada que cuestiona sus decisiones y le corrige. Visto lo visto, no es de extrañar que sigas soltera.

Calle estaba lo suficientemente enfadada para comerse las uñas y escupírselas a la cara. Podía decirle que ya no estaba soltera, pero no era el momento de desviarse del tema. Tenía que concentrarse en su madre.

-Bueno. -Juli se levantó y se interpuso entre ellos, elegante y delgada-. Son las ocho. El autoservicio del hospital cerrará dentro de poco. ¿Has comido algo, Mike?

Él negó con la cabeza y miró a su esposa.

-Me voy para casa. Ya tomaré algo allí.

-¿Sólo vas a estar aquí diez minutos? -Calle estaba boquiabierta.

-Hoy pasan CSI. Mafe sabe que no me lo pierdo nunca.

¿Incluso aunque su mujer estuviera ingresada en el hospital? Bueno, supuso que si había llegado tarde por quedarse preparando una reunión programada para la semana próxima, no podía perderse un estúpido programa de televisión. Típico de Mike. Egocéntrico hasta la médula.

Calle se tragó la furia.

-Muy bien. Ahí tienes la puerta.

-No me gusta nada tu actitud, Danielita. -Cogió el abrigo e hizo tintinear en el bolsillo las llaves del coche.

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