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“Cuando seguían preguntándole, se enderezó y les dijo:
“Cualquiera de vosotros que esté libre de pecado, que le arroje la primera piedra”.

- Juan 8:7

El silencio fue incómodo.

Lisa siguió mirando de Tn y sus manos, sólo para volver a mirar hacia arriba un segundo después. Su boca siguió abriéndose y cerrándose nuevamente después de un segundo como si olvidara lo que quería decir.

Tn no estaba mucho mejor. Sus manos se frotaban los jeans y estaba bastante segura de que las haría sentir más angustiadas de lo que ya estaban si seguía así. Intentó respirar profundamente, buscando sin rumbo las palabras adecuadas, pero lo único que quería era salir corriendo de nuevo.

-Quise decir lo que dije ayer -finalmente dijo Tn, con la voz tensa mientras miraba la imagen colgada en la pared sobre el televisor. Era uno que Lisa había colgado recientemente, con rosas rosadas y azules entrelazadas en un estilo de acuarela ligeramente abstracto.  Era bonito- No me importa tu sexualidad. No creo que seas menos solo porque eliges acostarte con alguien con quien la Biblia dice que no deberías estar -Tn salió de sus pulmones congelados.

Sin darse cuenta, se agachó para agarrar su crucifijo, las puntas se clavaron dolorosamente en su palma.

-Dijiste que era pecado -dijo Lisa después de que el silencio se prolongó por otra eternidad- Te pregunté si no te gustaba Jennie porque era lesbiana y dijiste que era un pecado -continuó Lisa, con un dolor sangrando en sus palabras.

-Sí -dijo Tn, con voz dura mientras apretaba con fuerza el crucifijo, antes de soltarlo. Las abolladuras de las esquinas permanecían, surcos profundos y rojos tallados en su piel. La pequeña cicatriz en su palma de antes le dolía- Si le preguntas a la Biblia, es pecado -suspiró profundamente- pero yo no soy Dios ni un sacerdote. No estoy aquí para juzgar tu vida o condenar tus pecados, ese no es mi trabajo

-¿Crees que es repugnante? -Preguntó Lisa, su voz dura mientras sus ojos se clavaban en el costado de Tn. Todavía se negaba a levantar la vista para encontrarse con los ojos castaños claros de Lisa- Lo que Winter y yo hacemos juntas, ¿te revuelve el estómago?

-No -respondió Tn honestamente.  Cerrando los ojos, se giró suavemente y solo abrió los ojos cuando estaba frente a Lisa- Pero que me hayas mentido me lastimo hasta lo más profundo. Pensé que éramos mejores amigas, Lisa. Pensé que nos entendíamos. ¿No lo entiendes?

Lisa se limitó a mirarla con ojos duros.

-Pero es un pecado -dijo Lisa, y al igual que Tn, sonaba más como si estuviera haciéndose eco de la opinión de otra persona que de sus propias creencias- Dios dijo que un hombre no debería acostarse con otro hombre. Hacerlo no es natural -dijo, con la voz cada vez más entrecortada con cada palabra.

-Que se joda Dios -dijo Tn con dureza.  Junto a ella, Lisa saltó con la boca abierta.

Por primera vez en su vida, Tn tomó el nombre de Dios en vano. Y, sin embargo, no fue alcanzada por un rayo.

Ella vivió.

-Mentir también es pecado, pero parecías perfectamente bien en hacerlo.  Demonios, incluso yo miento todo el tiempo -dijo Tn, presionando sus manos temblorosas sobre sus rodillas.

-Pero tú… -intentó decir Lisa, pero Tn ya no pudo hacer esto.

-Soy lesbiana, Lisa -dijo, con palabras duras al soltarlas. Huyeron de sus labios y llenaron la habitación, su secreto más profundo ahora revelado a tanta gente- Soy lesbiana y pensé que lo sabías.  Pensé que éramos iguales, atrapadas en una fe que no nos permite amar, y pensé que me entendías -exhaló Tn temblorosamente, sin poder mirar más a Lisa

𝐎𝐥𝐲𝐦𝐩𝐮𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora