𝐎𝐥𝐲𝐦𝐩𝐮𝐬

•FINAL•

La mañana de Nochebuena, Jennie se despertó sintiendo la mano de Tn recorriendo su cabello y un suave toque en su mejilla, seguido pronto por la voz de Tn. Jennie sacudió la cabeza y la hundió más en las almohadas tratando de evitar lo inevitable. Odiaba lo bien que Tn la levantaba. Jennie solía ser alguien que podía dormir durante las tormentas eléctricas. Ahora, todo lo que hacía falta era un toque suave y su nombre susurrado en su oído para que todo funcionara.

-Jen -dijo Tn con suavidad, las palabras acompañadas de una suave caricia en su mejilla. Jennie no pudo evitar inclinarse ante el toque, suspirando contenta ante la calidez de la palma de Tn. Tn siempre era tan cálida y cómoda de tener cerca. Nadie podría culpar a Jennie por su debilidad cuando se trataba de su novia- Tienes que despertar.

—Solo un poco más —murmuró Jennie, presionándose más contra Tn, su mano encontró rápidamente la camisa de Tn para poder tirarla hacia abajo y colocarla correctamente en la cama. Tn resopló una risa mientras aterrizaba sobre Jennie, esparcida torpemente sobre ella. Jennie no perdió tiempo y rodeó con sus brazos el abdomen de Tn y la abrazó fuerte.

Jennie sonrió, con los ojos todavía cerrados y la cabeza mareada por el sueño. Probablemente podría volver a dormir así.

—Es mediodía, amor —dijo Tn, su voz amortiguada por donde su rostro estaba presionado contra el pecho de Jennie. Hizo un intento inútil de levantarse de Jennie, quien simplemente apretó su agarre, manteniéndola en su lugar. Jennie podía sentirla sacudir la cabeza contra ella, algunos mechones de su cabello rozando el mentón de Jennie.

—No, no lo es —dijo Jennie, la confianza abriéndose paso en su voz soñolienta.  —No es el sol, es la luna —murmuró, apenas abriendo los ojos para poder mirar a Tn.

—Es el sol, idiota —se rió Tn, reconociendo fácilmente la cita de todos los Shakespeare que Jennie le había hecho leer—. No soy tu arpía y no seré domesticada —sonrió Tn, luciendo absolutamente adorable.

—No, tú eres mi Fox Plum —dijo Jennie con un suspiro, cerrando los ojos y abrazando a una Tn que luchaba por salir.

—¿Qué coño es un Fox Plum? —preguntó Tn, con un dejo de incredulidad en su voz mientras seguía retorciéndose en los brazos de Jennie. No luchó lo suficiente para liberarse, así que Jennie simplemente siguió abrazándola, acurrucándose contra el cabello esponjoso de Tn.

—Tú —dijo Jennie contra el cabello de Tn—. Tú eres mi Fox Plum.

—Estás trastornada —fue el único comentario de Tn, pero dejó de luchar y dejó que Jennie la abrazara—. Completamente trastornada

—Y aun así me amas —dijo Jennie, respirando profundamente, el aroma de ella y Tn se mezcló en uno cómodo. Uno familiar. También parecía que Tn estaba usando uno de los perfumes de Jennie. Linda, pensó Jennie mientras pasaba la mano de arriba a abajo por la espalda de Tn, tratando de convencerla de que se durmiera con ella.

—Lamentablemente, no puedo negarlo —murmuró Tn con un suspiro silencioso, abrazando a Jennie. Se quedaron así por un rato, Jennie casi creyendo que había logrado persuadir a Tn de tomar una siesta con ella —Jen —dijo Tn después de unos momentos de silencio, moviéndose con cuidado contra Jennie.

—Tnnie —respondió Jennie, ya medio dormida mientras se acomodaba contra su colchón.

—Jen —dijo Tn, con algo parecido a una advertencia en su voz. Jennie no le prestó atención y simplemente siguió durmiendo.

—¡Tnnie- Ouch! —gritó Jennie alejándose de Tn y arrojando accidentalmente a Tn y la manta fuera de ella. Parecía que Tn hablaba en serio acerca de despertar a Jennie si estaba dispuesta a recurrir a trucos sucios. —Es mucho mejor cuando me despiertas con un beso —se quejó Jennie en voz baja, frotando su costado donde Tn la había pellizcado.