Capítulo 17: verdadera amiga

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Bea

La alarma de mi teléfono me despertó a pesar de mi fatiga y el dolor de cabeza, lo apage y me volví a acostar. Me acurruque contra los brazos que me rodeaban y... ¿brazos? Abrí los ojos de par en par, me encontré contra el pecho de Matthias en frente de mis ojos. Lo mire instintivamente, estaba dormido como un bebé con el pedo despeinado, tenía una perfecta vista de sus facciones como sus labios, las largas pestañas, los oyuelos que se formaban. Era tan perfecto. ¡Espera!¿Qué hora es?.  Me voltea enseguida hacia mi teléfono, era serca de las tres de la tarde. ¿Como habíamos dormido tanto?

<< Le dieron como conejos, mi reina ¿Qué esperabas?>>

Oh, callate. No me lo recuerdes. Todavía me sentía avergonzada por todas las cosas que dije.

<<Y hiciste>>

Veo que no me ayudaras.

Me levante sin cuidado y para mi sorpresa Matt no se dio cuenta de mi existencia. Llegaba a asombrarme su amor por dormir más que el alcohol y los cigarrillos. Me cambie con lo que llevaba anoche lo más decente que se pudiese. En la sala me encontré con Rachel que estaba bosteza do con ganas y medio vestida.

— ¿Hola?

— Buenos días — bostezó con ganas —. Que fiesta tenían anoche ¿eh?

— ¿Dormiste acá?— dije sonrojada.

— Mmm... coji más que dormir, la verdad — se encojio de hombros —. No podían ser los únicos con diversión.

— ¿Y Patrick?

Cambie de tema sabiendo que tenia todas la de perder. Era buena manipulando a la gente.

— Por ahí, seguro — se encogió de hombros —. Desapareció con tu amiga anoche y no a hecho acto de precencia.

— Seguro están en mi casa.

— Capas. Por cierto — me miró de harina abajo —. ¿Vas a algún lado?

— Ehh.

No iba a decirle que tinia una cita con otro chico, cuando me vio salir de la habitación de su amigo.

— Si, una reunión de amigos.

— Ajá.

— ¿Qué?

— Nada — esbozó una sonrisa —. La cara te delata, vete.

— ¿Y qué dice, según tu? — la mire.

— Qué vas a irte a ver con otro después de coger con uno.

— ¿Como supis... no, ¿Porqué lo dices?

— Amor, lo he echo más de una vez — puso los ojos em blanco —. No tienes que estar a la defensiva porque soy amiga de Matt, Patrick me contó que no están en una relación.

— Amorosa — añadí.

— Pero una sexual, si.

— ...

— Por lo visto vas tarde y no creo que vallas con esa pinta.

— ¿También me delata la cara?

— Medio, tengo algo de ropa en mi habitación — señala al fondo —. E puedes usar lo que quieras.

— ¿Estas segura?

Era extraño que ayudara a la chica que follo con su amigo hace unas horas para irse a ver a otro. Por alguna razón me sentía como si estubiera engañando a mi novio.

— Si tienes una mejor opción que mi ropa adelante — arqueó una ceja.

— Después te la lavo — corrí hacia su habitación.

La vida no es de color rosa[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora