MATTLa jodida sensación en donde te siente que eres el único anormal de la tierra, mientras ves a todos seguí su camino típico y aburrido. Mi abuelo siempre me decía que era un niño diferente al resto, al principio me asustaba ser diferente y creí a que todos los problemas de la familia eran mi culpa. Hasta que crecí y me di cuenta que todos eran clones que seguían la misma línea, nacer, estudiar, trabajar, envejecer y morir. Yo en cambio tenían otra perspectiva de lo que quería en mi vida. Será por eso que todos los que me conocían me decían que estaba loco o que soñar era para los fracasados. Incluso después de ser enviado al maldito ejército a los siete años por mi padre, seguía soñando a lo grande con una casa en alguna playa del mundo, surfear por horas hasta que se me aclararé cada músculo del cuerpo, salir por la noche a tomar algo con amigos sin preocupaciones o preocupaciones innecesarias y en último lugar una mujer que pudiera compartir cada momento de mi vida. Pero solo eran eso "sueños" que la realidad de mi entorno los destello haciéndolos una mierda más de mi vida.
Ya habían pasado más de tres años desde que me fui de la ciudad. Si hubiera sido por mi nunca regresaría a esta maldita ciudad, pero por pedido de mi sobrino y hermano me sacrifique a volverá encontrarme con el idiota de mi padre. Creí que después de años sin vernos Andre me abrazaría o simplemente nos daríamos unas palmas en la espalda, pero lo único que conseguí de su parte son gritos por interrumpir en su consultorio cuando estaba con una paciente.
- ¿Estas segura? -pregunta Andre por milésima vez.
¿No sabe quedarse callado y que sus pacientes se vallan de una buena vez?
- Deberías hacerle caso a mi hermano - intervengo para que se termine de una maldita vez -. No queremos que te pase algo malo.
Le sonrio a la chica que quiere comerse a Andre con la mirada. Miro de reojo a esa chica, Bea, que no sabe como diablos llevarse a su amiga de una buena vez. Hacemos contacto visual y rápidamente aparta su cara sonrojandose. Aprovecho la oportunidad y la veo detenidamente en cada sentimiento de su cuerpo. Pelo castaño claro, ojos verdes, nariz pequeña y respingada, sintura pequeña e igual sus senos y un buen culo. Después de disfrutar de la exquisita vista vuelvo la mirada a su cara. El rubor vuelve a sus mejillas, evita cualquier contacto conmigo. Esbozo una pequeña sonrisa divertida cuando la veo pellizcar a su amiga y le hace señas con los ojos.
- Será mejor que nos vallamos - menciona Bea, agarando del brazo a su amiga.
¡No te vallas tan pronto! Déjame disfrutar un poco más de la vista.
<<¿Qué te ah pasado soldado? >>
Solo quiero disfrutar de la buena vista que tienen mis ojos. Estamos firmes como siempre.
- Ahh, si. Tengan cuidado - dice Andre.
Se van y aprovecho cada minuto admirando ese lindo culito hasta que desaparecen.
- ¿Porqué no avisaste que venias? - Andre se volteah hacia mi reprochandome con la mirada.
- Creí que te alegrarias de ver a tu querido hermano después de que casi se muere - ironise.
- Claro que te extrañe - suspira y me da un fuerte abrazo -. Estoy feliz de que vieneras.
- Me lo pediste ¿No? - aprovecho que tiene la guardia baja y lo atrapó por la cabeza despeinandolo.
- ¡Para! ¡Estamos en el hospital! - exclama tratando de librase de mi imposible agarre -. ¡Matt!
Después de asegurarme de hacerle pasar la vergüenza lo libro con una sonrisa en la cara.
- Parece que no maduras con el tiempo - dice enojado.
- Te enojas demasiado Andresito - lo despeino de nuevo -. Ya tienes canas.
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La vida no es de color rosa[+18]
RomanceBeatriz con tan solo dieciocho años, se entera que tiene cáncer. Sin tener algún plan o deseo, decide vivir su vida como la de cualquin adolecente sin que se entere nadie de su enfermedad menos su mejor amiga, Heyley. Una noche es arrastrada por Hay...