Capítulo 26

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Beatriz

Habían pasado unos días desde que Matt se entero de mi enfermedad. Para resumir en una palabra todo lo que había pasado en estos días sería "extraño o triste". Matt se iba por la mañana y volvía por la madrugada sin hacer ruido, lo sabía porque me desperté un día y el estaba acostado a mi lado.

Patrick venía todo los días a hacerme compañía y Rachel de ves en cuando. Por lo poco que le pude sacar de información a Patrick a vase de amenazas fue que Matt estaba trabajando con ex compañeros del ejército y colegas en el campo de la medicina para tratar mi enfermedad. Al enterarme rompí en llanto mientras Patrick me consolaba, quería hablar con Matt y agradecerle por todo lo que estaba haciendo por mi, quería abrazarlo y besarlo como nunca antes pero la triste verdad es que no lo podía ver y caba vez que quería entablar una conversación se alejaba.

Seguramente todavía estaba afectado por la noticia. Cuando se entero que Patrick también lo sabía le rompió la cara de un puñetazo y claramente Patrick le correspondió el golpe. En minutos los dos estaban tirados en el suelo con la respiración entre cortada mientras se miraban a muerte y se maldecía en español — según mi instinto en argentino — hasta que lo dejaron por la paz y volvieron a la normalidad.

— ¿Quieres un poco?

Me volte hacia Patrick que se estaba fumando un rollo bastante feliz.

— No.

— Aburrida — puso los ojos en blanco.

— Adicto.

— Agua fiestas.

— Idiota.

— fina.

— ¿Fina? ¿Qué significa? — lo mire.

— Qué te crees mucho — me volvió a ofrecer del rollo y acepte —. Así me gusta, obedientes.

— Patrick cierra la puta boca — le di una calada.

— Y mandonas.

— ¿Por eso te gusta Hayely? — alce una ceja

— Me gusta porque tenemos buenos polvos — me puso mala cara —. Soy un alma libre de restricciones.

— ¿Por eso te cogiste a Rachel ayer en la cocina?

Intercambiamos miradas antes de que sonriera como angelito.

— Somos buenos amigos.

— Qué cogen — indiqué divertida.

— La mejor amistad del mundo — le dio una calada al rollo —. Te la recomiendo... ah, cierto. Ya estas en una relación con mi amigo.

— Nunca fuimos amigos con Matt.

— Pero cogieron sin sentimientos — lo pensó un momento —. Hasta que de enamoraron.

— ¿Tu nunca te has enamorado? — pregunté.

— Claro que si.

— ¿Puedo saber quien era? — dije con cautela.

Me miró un momento pensando con detenimiento antes de sacar el humo de sus pulmones y mirar el suelo.

— Es una vieja historia — le quito importancia.

— Me gustaría escucharte.

— Cuando tenía dieciocho o diecinueve años tube una misión en solitario. Tenía que entrar a un sistema de una empresa ilegal de armas de contrabando en el sur del continente. Lo ise sin problemas pero en el viaje de vuelta el avión tubo unos problemas de control haciendo que estrellaramos, todos sobrevivimos pero tuvimos heridas grabes. En el hospital que me encontraba conocí a la chica de la cual me enamore.

La vida no es de color rosa[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora