Capitulo 13: El duo de la marihuana

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                                        BEA

— Llámame si necesitan algo — la enfermera se retiro de la habitación.

— Gracias — dijo Hayley.

Me quedé en silencio mirando el suero que estaba conectado a mi brazo. Anoche después de esa horrible fiesta me deshidrate de tanto llorara que me desmaye al entrar a la casa. De no ser por hayley y Scott que estaban en su habitación me habría quedado hasta quien sabe que hora. Hayley supo manejar la situación a la perfección haciendo creer a Scott que eran problemas de ovulacion y que por eso me desmayé.

— Esta maldita silla me aplanara más el culo — se quejo por milésima vez.

— ¿Más todavia? — bromee y en respuesta recibi una sentencia de muerte de su parte —. Sólo bromeó.

— Solo lo dejo pasar porque estas enferma y soy una buena amiga.

Me quedé en silencio mirandola. Hayley era de las personas que odiaban con locura los hospitales y más estar sentada por horas. Pero ni una vez desde que vinimos al hospital se quejo o hizo comentarios que me hicieran sentir mal. Para todos ella podría ser una oveja descariada o una mala influencia pero para mi era la persona más preciada que tenía a parte de mis abuelos. Las lágrimas se amontonaron en mis ojos hasta que estallaron y recorrieron mis mejillas.

— ¿Bea?¿Qué pasa, te duele? — se incorporó al instante para limpiarmelas —. Espera llamare al doctor.

— No — la detube del brazo —. Solo me acordé que eres una buena amiga y me emocione.

— ¿Y solo hasta ahora te das cuenta de eso? —se ríe orgullosa de lo que escucho —. No sabía que me tenías en tan alta estima.

— Solo me emocione por un breve momento pero ya se me fue.

— Yo también te quiero — me acaricia el dorso de la mano —. Sabes que eres una hermana para mi.

Nuevamente se me llenan los ojos de lagrimas y a Hayley también. En cuestión de segundos héramos un mar de lagrimas y mocos. Todo hubiera marchado bien de no ser que Andre entró por la puerta sin tocar. Nos congelados los tres en el preciso instante. Hayley y yo nos miramos de reojo antes de gritar como locas

— ¡¡Ahhhhhh!!

— ¡Perdón! — Andre cerró antes de quedarse sordo.

Cinco minutos después estábamos más o menos presentables.

— ¿Puedo pasar? — pregunto del otro lado de la puerta. Hayley después de respirar ondo lo dejo entrar —. Emm, bueno lo que acaba de pasar no era lo que tenía pensado.

— Hubiera golpeado la puerta — Hayley le reprocho todavía roja de la vergüenza.

— Me disculpo, la costumbre.

Se adelanto hacia mi y controlo mis signos vitales.

— Cuando me informaron que entraste inconsciente al hospital casi se me para el corazón — termino de tomarme la presión.

— ¿Solo el corazón? — murmuro Heyley.

— ¿Qué dijo? — Andre se giro hacia ella dejándola pálida.

— Qué suerte que solo fue el corazón — se apresuró a decir —. Digo por el susto, no.

— Gracias a dios solo fue un susto.

— Y que susto — suspiro aliviada.

Negué avergonzada de las ocurrencias de Hayley. Algún día metería la pata hasta el fondo, solo era cuestión de tiempo.

La vida no es de color rosa[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora