Capítulo 3: Un Encuentro Inesperado

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Era un día tranquilo y algo lluvioso. Tenía que ir al centro comercial para comprar unas cosas que me hacían falta en el departamento. Le había dicho a Joon que me acompañara, pero de nuevo dijo que se iba a ocupar. No quise molestar a nadie más y me fui sola.

A pesar del día lluvioso, había mucha gente en el centro comercial. Compré lo que necesitaba y fui por un café.

—Aquí tiene —me entregaron mi café.

—Gracias —dije, tomando el vaso.

Caminé por el centro comercial mientras lo bebía. Pasar el día sola a veces me gustaba ya que podía pensar y aclarar muchas cosas.

—Al parecer tú me sigues —dijo una voz conocida.

Me sorprendí un poco al escuchar la voz de Jungkook. Giré y lo vi.

—Tú eres quien me sigue —respondí.

—Hola —sonrió—. ¿Vienes sola?

—Sí, al parecer todos estaban ocupados hoy.

—Yo no.

—Ya lo vi.

—Justo iba a comprar un café, ¿me esperas?

Iba a decirle que no, pero no quería ser tan mala con él.

—De acuerdo...

Jungkook fue a pedir su café y lo esperé afuera. Lo vi y suspiré. ¿Cómo es que puede ser tan atractivo?, pensé. Giré mi mirada hacia otro lado, no quería que me viera mientras lo observaba casi babeando.

—Listo, ¿vas a ir a algún lado? —preguntó.

—Realmente no —respondí, levantando las bolsas—. Ya había comprado todo.

—Oh, ¿te ayudo?

—No, gracias.

Caminamos mientras hablábamos. Todo estaba normal, como si no me cayera mal y como si no nos hubiéramos besado. Nunca había hablado con él hasta ese momento, y me di cuenta de que teníamos algunas cosas en común y que era muy divertido.

—Eso no lo sabía —comencé a reír.

—Ya se los había contado, pero casi siempre que hablaba te ibas —dijo Jungkook.

Me sentí mal por eso.

—Lo siento... Yo...

Pasamos por un restaurante y vi en una de las mesas a Joon con otra persona. Una chica. Tomé a Jungkook de la mano y lo jalé para que no los viera.

—¿Qué pasa? —preguntó Jungkook.

—Joon está aquí... con una chica.

Jungkook levantó la mirada para ver.

—Es la chica que estaba en el bar con él.

—¿En serio? —Mis mejillas se pusieron rojas de la rabia—. Me dijo que estaría ocupado.

—¿Le dijiste que ibas al centro comercial? —preguntó Jungkook.

—Sí, pero no a cuál.

—Aun así, qué estúpido. ¿Cómo se le ocurre venir a un centro comercial a comer sabiendo que tú vas a ir a uno?

Le pegué en las costillas.

—¡Hey!

—No sé qué hacer... ¿Y si voy y le hago un escándalo?

—No creo que sea lo mejor. Vamos.

Me tomó de la mano y caminamos hacia el estacionamiento. Me acompañó hacia mi auto.

—Yo soy la estúpida —suspiré.

—¿Por qué no le haces lo mismo? —me miró.

—No soy como él.

—Yo te hice una propuesta en casa de Yeon.

—...

—Puedes...

—¿Estar contigo? Pero me tienes que gustar.

—¿No te gusto? —se acercó a mí.

—Yo...

—¿O solo te gustan mis labios? —me acorraló contra mi auto.

—Ni siquiera me caes tan bien.

—Hablemos sobre eso, pero en tu departamento.

—¿Ah?

—Vamos, te veo allá.

—Pero Jungkook —él se dio la vuelta.

Ni siquiera acepté. Suspiré, me subí a mi auto y me dirigí hacia mi departamento. Aún no había llegado Jungkook. Ojalá me haya mentido, pensé. No quería que llegara a mi departamento. Unos minutos después, escuché que tocaron. Fui a abrir de mala gana y ahí estaba él.

—Pasé por algo de alcohol por si no tenías aquí.

—¿Y eso para?

—¿Para qué es el alcohol? —tocó mi frente con el dedo. Cerré la puerta y fuimos a la cocina.

—¿Por qué viniste?

—En eso quedamos.

—No, en eso quedaste tú. ¿Por qué quisiste venir?

—Explícame bien por qué me odias.

—No te odio, solo que no me caes bien.

—¿Por?

Comenzó a servir la botella de alcohol en las copas.

—Por todo lo que hiciste.

—¿Yo no hice nada?

—Todas las cosas que me decías sobre Joon, y...

—¿Te mentí? —me miró serio—. Sé que a veces escuchar la verdad duele, pero no quería y no quiero que te esté viendo la cara.

—Sentía que te metías mucho en nuestra relación...

—Lo hago porque yo sí te considero mi amiga, Eunji.

—Bueno, por eso no me agradas del todo.

—¿Y ahora? —sonrió.

—Más o menos.

—Hey, te hice reír hace rato —sonreí.

—¿Y... qué piensas hacer?

—Yo...

—Acepta vengarte de él.

—¿Jungkook, hacerle lo mismo?

—Sí.

—No puedo, yo...

—Ya lo hiciste —bebió de su copa—. Y podemos continuar si quieres —se acercó a mí.

—Debo sentirlo, no solo hacerlo por hacer.

—¿No lo sentiste? —estaba cada vez más cerca.

—Yo... Debo sentir ese deseo, Jungkook —lo miré a los ojos.

—¿Y no lo sientes?

Me tomó de la cintura y besó mi cuello.

—Yo...

—No me mientas.

Sus labios estaban muy cerca de los míos.

—Yo... No te estoy mintiendo.

Lo alejé y me fui hacia el otro extremo, para estar lejos de él.

—Y deja de hacer eso.

—¿Por qué lo niegas? —sonrió.

—Ya te dije, tengo que sentirlo para hacerlo. Y no parece bien, mejor solo lo termino.

—Pues ya te estás tardando.

—¿Te urge?

Jungkook levantó la ceja y después bebió de su copa.

—Mejor no termines con él.

—¿Y ahora por?

—Ya no tendré una excusa para besarte.

KarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora