Capítulo 27: Cicatrices del Pasado

132 10 0
                                    

Había decidido que era tiempo de buscar ayuda profesional. Lo que viví durante el secuestro, aunque solo fue un día, me afectó más de lo que esperaba. Algunas noches me despertaba empapada en sudor, con imágenes de lo sucedido recorriendo mi mente. Las pesadillas eran inevitables, y cada vez que cerraba los ojos, sentía que volvía a estar allí, atrapada.

Así que, finalmente, me decidí a ir al psicólogo. Jungkook siempre me acompañaba, esperando pacientemente afuera del consultorio mientras yo asistía a mis sesiones. Después de cada cita, me invitaba a comer o simplemente a caminar. De alguna manera, él también se había convertido en una terapia para mí. Su presencia calmante y protectora me ayudaba a enfrentar mis miedos.

Aún me daba miedo salir sola, pero poco a poco iba superándolo.

Esa mañana me encontraba en mi departamento, limpiando y ordenando. Sabía que no vería a Jungkook ese día porque estaría ocupado con otros compromisos, y aunque me estaba acostumbrando a pasar todos los días a su lado, me sentía algo triste cuando no podíamos vernos. Sin embargo, me dije a mí misma que era una oportunidad para pasar un tiempo a solas, tratando de recuperar esa independencia que había perdido.

De repente, escuché el timbre. Me detuve y caminé hacia la puerta, esperando que fuera alguna entrega o tal vez un vecino. Pero al abrir, me quedé helada. Ahí, frente a mí, estaba Joon.

—Hola —dijo con una sonrisa, sosteniendo un ramo de rosas en la mano.

Mi corazón dio un vuelco. No sabía cómo sentirme. Había una parte de mí que quería entrar en pánico, que me decía que no confiara en él. Pero otra parte... recordaba al Joon de antes, el que me había enamorado una vez.

—¿Podemos hablar? —preguntó, sus ojos reflejando una mezcla de arrepentimiento y ansiedad.

—Hola... —contesté con cautela—. Claro...

Lo dejé entrar y me entregó las rosas. Las llevé a la cocina, las coloqué en un florero, y luego volví a la sala, sentándome frente a él. Su presencia llenaba la habitación de una forma incómoda, como si el aire se volviera más denso.

—¿Sobre qué quieres hablar? —pregunté, rompiendo el silencio.

Joon tomó aire profundamente antes de hablar.

—Quiero pedirte perdón por todo lo que pasó... —dijo con la voz temblorosa—. Estoy muy arrepentido, Eunji. Sé que lo que hice estuvo mal. No sé por qué me aferré tanto a ti... Tal vez porque realmente eres una mujer que vale la pena. Eres hermosa, con un corazón grande, y yo lo arruiné todo.

Su mirada se hundió en la mía, y en ese momento, pude ver la verdad en sus ojos. Estaba siendo honesto.

—Cuando supe que estabas con Jungkook... me golpeó en el ego. Por eso hice todo. —Joon apretó los puños, como si estuviera lidiando con el peso de su culpa—. Después, cuando ocurrió lo del secuestro, me sentí peor. Le dije a Jungkook que podía denunciarme. Quería pagar por todo lo que había hecho. Desde entonces, no he podido dormir bien pensando en lo que pudo haber pasado.

Sus palabras me impactaron. No esperaba que Joon cargara tanto con la culpa. Lo miré con una mezcla de empatía y confusión.

—Perdóname, Eunji —susurró, con los ojos cristalizados. Este era el Joon del que me había enamorado. Vulnerable, sincero.

Lo miré por un momento y tomé su mano.

—Está bien, Joon... Te perdono.

Sus ojos se abrieron con sorpresa.

—¿De verdad?

—Sí —dije con firmeza—. Solo... no vuelvas a ser así, por favor.

—Jamás —respondió, apretando mi mano con fuerza antes de inclinarse hacia adelante y besarla suavemente.

KarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora