Capítulo 28: Un Nuevo Comienzo

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La luz de la mañana se colaba a través de las cortinas, iluminando suavemente la habitación. El cuerpo de Jungkook aún descansaba a mi lado, su respiración suave y rítmica era lo único que rompía el silencio. Observé su rostro relajado, casi angelical, mientras dormía profundamente. Había algo tan pacífico en verlo así, que no pude evitar sonreír.

Me moví con cuidado para no despertarlo, pero en cuanto lo hice, sentí su mano buscando la mía. Sus ojos aún cerrados, pero su voz salió en un susurro.

—¿A dónde vas? —preguntó, su voz ronca por el sueño.

—A preparar café —respondí en voz baja—. No quiero despertarte.

Jungkook abrió los ojos lentamente y me miró con una sonrisa perezosa.

—Demasiado tarde para eso. —Tiró suavemente de mi mano, haciendo que me recostara de nuevo a su lado—. Quédate un poco más.

Me dejé caer junto a él, riendo suavemente.

—No puedo resistirme cuando me pides eso.

Jungkook me abrazó, acurrucándose más cerca de mí.

—Lo sé. Por eso lo hago.

Permanecimos en silencio por unos minutos, simplemente disfrutando de la compañía del otro. Era un contraste enorme con todo lo que habíamos vivido en las últimas semanas. Las emociones intensas, el miedo, las dudas... todo se sentía tan lejano ahora. Pero en el fondo sabía que aún había cosas que teníamos que enfrentar.

—¿Sabes? —dije, rompiendo el silencio—. Todavía me cuesta creer que Joon se va a ir de Corea.

Jungkook suspiró, su expresión cambiando un poco al mencionar a Joon.

—Honestamente, tampoco me lo esperaba. Pero creo que es lo mejor para todos.

—Lo sé... pero aún así, es extraño. Hubo un tiempo en que creí que él sería el único para mí. —Dudé un momento antes de continuar—. Me duele un poco que las cosas terminaran así, aunque ya no sienta lo mismo por él.

Jungkook me miró, sus ojos oscuros pero llenos de comprensión.

—Es normal sentir eso, Eunji. Pero no te sientas mal por ello. A veces, las cosas simplemente no funcionan como esperamos.

—¿Tú crees? —pregunté, insegura.

—Sí. Y por lo que veo, Joon finalmente entendió que lo mejor para ti es seguir adelante sin él. —Hizo una pausa y me miró con una sonrisa suave—. Además, ahora me tienes a mí. Eso no es tan malo, ¿no?

Me reí suavemente y lo golpeé juguetonamente en el brazo.

—Claro que no es malo. Es lo mejor.

Jungkook me observó por un momento, y luego se inclinó para besarme tiernamente. Sus labios suaves contra los míos siempre lograban hacer que todo lo demás desapareciera.

—De verdad que no sé qué haría sin ti —susurré cuando nos separamos.

—No tienes que preocuparte por eso. No voy a ningún lado. —Me besó de nuevo, esta vez más profundo.

Me quedé abrazada a él, sintiendo el calor de su cuerpo contra el mío. Aún había algo que me inquietaba, algo que no había mencionado.

—Jungkook... —comencé, dudando por un segundo—. Ayer, cuando Joon vino... no solo me pidió disculpas. También me dijo algo más.

Jungkook frunció el ceño, claramente preocupado.

—¿Qué fue lo que dijo?

—Le contó todo a mis padres. Todo lo que hizo. Desde que me golpeó hasta el secuestro... se los confesó todo. —Hice una pausa, tratando de leer su expresión—. Creo que eso fue lo que finalmente los hizo odiarlo del todo.

KarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora