Dos semanas después, me encontraba en el departamento de Jungkook. Habíamos pasado la mayor parte de esos días juntos, disfrutando de la compañía mutua sin interrupciones. Aunque todo había comenzado de manera caótica, ahora sentía una tranquilidad que no había experimentado en mucho tiempo. La seguridad que Jungkook me ofrecía era reconfortante, y me encontraba cada vez más a gusto en su presencia.
—Tengo que ir a comprar ropa —dije, rompiendo el silencio matutino mientras estábamos en la cocina.
Jungkook levantó la vista de su taza de café y sonrió.
—Vamos —respondió con naturalidad.
Lo miré con una ligera sorpresa. No esperaba que se ofreciera a acompañarme.
—¿Estás seguro? —pregunté, queriendo confirmar su disposición.
—Pero claro —dijo con entusiasmo—. Me gustaría ayudarte a escoger. Y también a ver cómo te queda la ropa —agregó, con una mirada juguetona que me hizo sonrojar.
Sacudí la cabeza, intentando disimular mi rubor.
—No quiero que te vayas a quejar porque soy muy indecisa —le advertí.
Jungkook soltó una risa suave.
—Para nada, vamos —insistió, tomando su chaqueta y preparándose para salir.
No tardamos mucho en salir del departamento y dirigirnos al centro comercial. Al llegar, comenzamos a visitar varias tiendas de ropa y zapatos. Jungkook resultó ser sorprendentemente bueno ayudándome a elegir, sugiriendo opciones que yo misma no habría considerado. Su paciencia y entusiasmo por ayudarme me hicieron sonreír más de una vez.
Mientras caminábamos por uno de los pasillos del centro comercial, recordé que el cumpleaños de mi abuela se acercaba.
—Se acerca el cumpleaños de mi abuela y siempre hacen una fiesta en grande. ¿Debería comprar algo por si hacen algún festejo? —pregunté, dudosa.
Jungkook asintió.
—Yo creo que sí, puede que te digan a última hora —respondió con lógica.
Solté un suspiro, ya que otra posibilidad pasó por mi mente.
—O que mi padre no quiera que vaya —dije, fingiendo una sonrisa.
Jungkook notó la tristeza en mis palabras y se detuvo frente a mí, tomando mis mejillas entre sus manos.
—Hey —dijo suavemente—. Tu padre te ama, solo dale tiempo. Además, no creo que sea tan malo como para no invitarte al festejo de tu abuela. En ese caso, quien debe invitarte es tu abuela.
Sus palabras me reconfortaron, y logré sonreír con un poco más de sinceridad.
—Tienes razón —admití.
Continuamos caminando y finalmente entramos a una tienda que tenía una gran variedad de ropa. Aunque era una tienda de ropa casual, había muchos vestidos lindos que podrían funcionar para la fiesta.
—Tienes que ayudarme a encontrar algo que se vea casual pero más o menos formal —le pedí mientras miraba los estantes—. No tan corto pero tampoco largo.
Jungkook asintió con determinación.
—De acuerdo —respondió.
Comenzamos a revisar los vestidos y las faldas, explorando cada rincón de la tienda. Jungkook encontró un vestido que llamó su atención.
—Mira este —dijo, mostrándome un vestido de corte sencillo pero elegante—. Creo que se te vería muy bien.
Lo tomé de sus manos y lo observé con detenimiento.
ESTÁS LEYENDO
Karma
RomanceEunji está atrapada en una relación tóxica con Lee Hyeon, un novio encantador que no puede dejar de coquetear con otras chicas. A pesar de las constantes mentiras y decepciones, Eunji lucha por dejarlo debido a su amor y la aprobación de su familia...