Jimin se despertó con la mente nublada, sin pesadillas, pero tampoco con buenos sueños que quisiera contar. Lo único que seguía resonando como un eco, incluso entre la lucidez y la ofuscación, eran las palabras de la jueza ese día.
"El acusado, Choi Woobin, es condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por los delitos de agresión sexual agravada y múltiple a menores de edad, coacción y destrucción de evidencia. Además, se le impone una multa de 300 millones de wones en concepto de daños y perjuicios al demandante, Park Jimin."
Si alguien le hubiese dicho años atrás que algún día ganaría un juicio contra aquellos que pagaban una y otra vez por su cuerpo, tratándolo como si fuera un objeto desechable, habría reído con incredulidad. Nunca imaginó que llegaría a este punto.
Nunca lo quiso. Incluso ahora, no era algo necesario, no para él. Pero quizá si por las chicas y chicos que seguían siendo vulnerados de esa forma.
Su caso no solo había llevado a la condena de Woobin. Había abierto la puerta a más juicios, a investigaciones en curso contra cómplices y depredadores que operaban bajo a los lugares turbios y corruptos, que también serían visitados. Todo por el teléfono de Choi Woobin.
Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios de Jimin. No era de felicidad ni de triunfo, pero sí de una ligera satisfacción. Al fin pudo cerrar un capítulo que jamás había pedido vivir. Sin embargo, aquella sonrisa se desvaneció tan rápido como apareció cuando su mirada se desvió hacia las maletas alineadas junto a la puerta.
Aún le quedaban cosas que hacer.
Suspiró y se pasó una mano por el rostro antes de levantarse con desgano. Salió de la habitación, arrastrando los pies por el pasillo hasta llegar a la cocina, donde el aroma a café recién hecho llenaba el aire.
Para su sorpresa, Taemin estaba sentado a la mesa, desayunando con calma.
—¿No deberías estar en el trabajo? —preguntó, su voz algo rasposa por el sueño.
Taemin alzó la vista y, con una sonrisa ladeada, señaló el reloj de pared. Jimin giró la cabeza y notó que, en realidad, había despertado más temprano de lo habitual.
—Hoy parece que el que madrugó fuiste tú —comentó Taemin, entretenido. Luego, le hizo un gesto con la cabeza— Anda, siéntate. Vamos a desayunar juntos una última vez.
Jimin resopló, rodando los ojos, pero terminó dejándose caer en una de las sillas frente a él.
—No exageres —murmuró, tomando una tostada del plato—. Tampoco es como si esto fuera un ritual sagrado entre nosotros. Apenas si puedo recordar unas cuantas veces que desayunamos juntos.
—Precisamente por eso —respondió Taemin con tranquilidad, dando un sorbo a su café—. Será algo especial.
Jimin no respondió y se limitó a morder la tostada, sintiendo el crujido en su boca. Comió en silencio por unos minutos hasta que Taemin rompió la calma con una pregunta directa.
—¿Tienes todo listo? ¿Estás seguro de que quieres pasar los próximos tres meses en Japón?
Jimin dejó la tostada a un lado y suspiró, apoyando un codo en la mesa y masajeándose la sien.
—Sí... No puedo quedarme hasta que, al menos, sepa bien qué hacer con mi madre —murmuró, sin mirarlo—. Y claro, también quiero terminar la terapia familiar que he estado pagando.
Taemin asintió, sin mostrar sorpresa.
—Bueno, entonces, buena suerte —dijo con suavidad—. Y ya sabes, si en algún momento necesitas algo, puedes buscarme cuando quieras. Me encargaré de ayudarte.

ESTÁS LEYENDO
Spine Breaker ☾ JJK+PJM
FanfictionAlgunos nacen con el mundo a sus pies, otros deben arrastrarse para sobrevivir. Jungkook es un rompe espaldas, alguien que vive del esfuerzo ajeno sin remordimientos. Mientras que Jimin ha tenido que abrirse paso en la vida a cualquier costo. ☾ JM...