Capítulo 9: Daiquiri de piña.
Me senté en el borde de la cama, mirando por la ventana hacia la ciudad que se extendía ante mí. Las luces parpadeaban como estrellas urbanas, y me pregunté si alguna de esas personas tenía una vida tan inesperada como la mía.
El zumbido de mi celular me sacó de mis pensamientos. Era un mensaje de mi padre, breve pero significativo.
Papá: Vamos a ir a la terraza en media hora, únete cuando quieras.
Me levanté con determinación. No podía quedarme encerrada en la habitación, evitando las peleas con Lucas. Lentamente me comencé a preparar.
Me acerqué al espejo, observando mi reflejo con una mezcla de curiosidad y asombro. El cabello, liso y brillante, caía en cascada sobre mis hombros, reflejando la luz de la habitación con un resplandor casi etéreo. Mis ojos, delineados con precisión, destacaban con una intensidad que nunca antes había notado. Los labios, pintados de un rojo intenso, parecían más llenos y sensuales, como si cada trazo de color hubiera sido aplicado con un propósito deliberado.
Me sentí extraña, como si estuviera viendo a otra persona. Era una versión de mí misma que no reconocía del todo, una figura que parecía haber salido de un sueño o de una película. Pero al mismo tiempo, me sentí hermosa, de una manera que nunca antes había experimentado. Había una confianza nueva en mi postura, una seguridad que emanaba desde lo más profundo de mi ser.
Quizás era el efecto de la ropa que mi padre me había regalado. El vestido, confeccionado con una tela suave y elegante, se ajustaba perfectamente a mi figura, resaltando cada curva con una gracia sutil. Los zapatos, altos y estilizados, me daban una altura y una presencia que me hacían sentir poderosa. O tal vez era la adrenalina de lo desconocido, la emoción de estar explorando una faceta de mí misma que había permanecido oculta hasta ahora.
Guardé la tarjeta de la habitación en la funda de mi celular y salí al pasillo. El ascensor me llevó hacia la terraza, y cuando las puertas se abrieron, quedé impresionada.
Me envuelve una brisa cálida y fragante, cargada con el aroma de flores tropicales y el suave murmullo de la gente. La vista es impresionante: una amplia terraza moderna, decorada con un toque elegante y tropical.
Lo primero que llama mi atención, son las antorchas tiki, que bordean el espacio, sus llamas danzantes proyectando sombras cálidas y acogedoras. A medida que avanzo, mis ojos se deleitan con los arreglos florales vibrantes de orquídeas, hibiscos y plumerias, que adornan cada rincón, aportando un estallido de color y vida.
Las pequeñas palmeras y el bambú están estratégicamente colocados, creando pequeños oasis de sombra y añadiendo un aire auténtico de isla tropical. Las guirnaldas de flores cuelgan festivamente, moviéndose suavemente con la brisa y añadiendo un toque de alegría y celebración.
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Alguien como tú
Teen FictionSabrina, una joven de veinte años, vive con su madre en una casa acogedora situada en un pequeño barrio olvidado por el tiempo. Su madre, deseosa de que Sabrina tenga un futuro mejor, insiste en que asista a la universidad. Sin embargo, la falta de...