17

12 4 0
                                    

Capítulo 17: Traición mental.

La porción de papas fritas con queso llega a la mesa, el aroma tentador llenando el aire a mi alrededor. El queso derretido se desliza lentamente sobre las papas crujientes, creando un espectáculo irresistible.

Me siento y empiezo a comer tranquilamente, disfrutando de cada bocado mientras observo cómo la gente se mueve al ritmo de la música en medio del salón

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me siento y empiezo a comer tranquilamente, disfrutando de cada bocado mientras observo cómo la gente se mueve al ritmo de la música en medio del salón. Las luces parpadeantes y los colores vibrantes crean una atmósfera festiva, y las risas y conversaciones llenan el espacio con una energía contagiosa.

Miro la hora en mi celular, notando que el tiempo parece avanzar lentamente. Vuelvo a mirar a la gente, observando sus expresiones de alegría y despreocupación. Me como otra papa, saboreando el contraste entre el queso cremoso y la textura crujiente de las papas. Vuelvo a mirar la hora, sintiendo que los minutos se arrastran como una oruga.

Suspiro profundamente y dejo la comida de lado, sintiendo una inquietud creciente en mi interior. La música, que antes parecía animada, ahora suena distante y ajena. Me pregunto por qué me siento así, ¿por qué no puedo simplemente disfrutar del momento como los demás?. La sensación de estar fuera de lugar se intensifica, y me encuentro deseando que algo, cualquier cosa, rompa la monotonía de mis pensamientos.

Me levanto de la mesa y camino cerca de la gran maraña de gente que baila con entusiasmo. La música resuena en mis oídos, sus ritmos vibrantes y contagiosos llenando el aire. Las luces parpadeantes crean un espectáculo de colores que se refleja en las caras sonrientes de los bailarines. Me adentro un poco más en la multitud, sintiendo la energía pulsante que emana de cada rincón del salón.

De repente, un muchacho con una máscara de zorro me toma de la mano. Su máscara es detallada, con orejas puntiagudas y ojos brillantes que parecen observarlo todo con curiosidad. Me mira a través de la máscara, sus ojos llenos de una chispa de diversión y entusiasmo. Sin decir una palabra, me anima a unirme al baile de su grupo de amigos. Su energía es contagiosa, y aunque dudo por un momento, finalmente levanto los hombros y me uno a ellos.

El grupo de amigos, todos con máscaras de diferentes animales, me recibe con sonrisas y risas. Hay una chica con una máscara de mariposa, un chico con una máscara de oso y otro con una máscara de búho. Cada uno de ellos se mueve al ritmo de la música, sus cuerpos sincronizados en una danza alegre y despreocupada. Me dejo llevar por el momento, permitiendo que la música y la energía del grupo me envuelvan.

El chico de la máscara de zorro parece el más emocionado con el baile, moviéndose con una alegría desbordante que ilumina todo a su alrededor. Sus movimientos son fluidos y llenos de energía, como si la música fuera una extensión de su propio ser. De a poco, se va acercando y me rodea, quedándose detrás de mí sin tocarme, respetando mi espacio pero haciéndome sentir su presencia.

Alguien como túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora