Sabrina, una joven de veinte años, vive con su madre en una casa acogedora situada en un pequeño barrio olvidado por el tiempo. Su madre, deseosa de que Sabrina tenga un futuro mejor, insiste en que asista a la universidad. Sin embargo, la falta de...
Me quedo mirando a Lucas, tratando de descifrar sus pensamientos. Sus ojos, normalmente tan expresivos, ahora parecen un enigma impenetrable. La idea de la fiesta suena atractiva, una oportunidad para escapar de la tensión que nos rodea. Pero al mismo tiempo, me pregunto si realmente será posible disfrutar de la noche con tantas emociones no resueltas entre nosotros. La incertidumbre y la confusión parecen envolvernos como una niebla densa.
Ese mismo día por la tarde, mi padre sugirió que fuéramos a comprar las máscaras para la fiesta o cualquier cosa que necesitáramos. La propuesta fue recibida con entusiasmo por Vanesa. Lucas, sin embargo, fue el primero en salir, más temprano que nosotros. Aunque la idea inicial era ir todos juntos, no dije nada sobre su decisión. Supongo que quiere poner toda la distancia posible entre nosotros hasta que las cosas se aclaren o se calmen.
Me subí al coche, ocupando el asiento de atrás. Mi padre y Vanesa iban en los asientos delanteros, conversando animadamente sobre la fiesta. Ambos parecían emocionados, y su entusiasmo era casi contagioso. Traté de concentrarme en su conversación para distraerme de mis propios pensamientos.
Al llegar a la tienda elegida, un lugar especializado en disfraces y accesorios, nos recibieron con una explosión de colores y texturas. Las estanterías estaban llenas de máscaras de todo tipo, desde las más simples hasta las más elaboradas. Alaric, mi padre, encontró rápidamente una máscara de león. Era imponente, con una melena de pelaje sintético que le daba un aspecto majestuoso. Vanesa, por su parte, tomó una máscara de gato, elegante y misteriosa, con detalles en negro y dorado que resaltaban sus ojos.
Yo, en cambio, me sentí atraída por una máscara de conejo dorado. Era una pieza exquisita, con detalles intrincados y un diseño que combinaba elegancia y fantasía. La máscara estaba adornada con patrones dorados que brillaban bajo la luz, creando un efecto hipnótico. Los ojos estaban recortados de manera precisa, permitiendo una buena visibilidad. Lo que más me llamó la atención fueron las largas cadenas colgantes adornadas con estrellas y otras formas que pendían del borde inferior, asemejándose a bigotes o una cortina de cuentas. Esto añadía un elemento de movimiento y mayor complejidad al diseño. Las orejas, alargadas y apuntando hacia arriba, tenían un interior brillante que contrastaba con el exterior texturizado, dándole un toque de sofisticación.
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Lucas no apareció en todo el día, ni siquiera para cenar en la casa. La ausencia de su presencia se sentía como un vacío palpable, una sombra que se cernía sobre nosotros. A medida que avanzaba la tarde, mi preocupación crecía, pero traté de mantenerme ocupada con las tareas cotidianas, esperando que regresara pronto.
Cuando finalmente me retiré a mi habitación, mi mente seguía llena de preguntas sin respuesta. ¿Dónde estaba Lucas?, ¿qué estaba haciendo?, ¿por qué había decidido mantenerse alejado todo el día?. Me senté en la cama, mirando el teléfono, esperando algún tipo de señal de él.
