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Capítulo 24: Oficialmente.

Me miro al espejo antes de salir de la habitación, tomando un momento para apreciar mi reflejo. Mi cabello castaño cae en ondas grandes y suaves por mi espalda, completamente suelto, brillando bajo la luz tenue del cuarto. He optado por un maquillaje sencillo pero elegante, con un toque de brillo en los párpados que resalta mis ojos, y un suave color rosado en los labios que les da un aspecto fresco y natural. Me acerco un poco más al espejo, ajustando un mechón de cabello detrás de mi oreja, y sonrío, satisfecha con el resultado.

El vestido rojo que llevo puesto es simplemente deslumbrante. Es sin tirantes, con un escote en forma de corazón que realza mis hombros y clavículas. El tejido se ajusta perfectamente a mi figura, destacando cada curva de manera elegante y sofisticada. La cintura está ceñida, acentuando mi silueta antes de que la falda se ensanche ligeramente a partir de las caderas. La abertura alta en un lado del vestido añade un toque de audacia, revelando una pierna al caminar y permitiendo un movimiento fluido y grácil. Me doy una vuelta frente al espejo, observando cómo la tela se mueve con gracia, y no puedo evitar sentirme poderosa y segura.

Los zapatos de tacón alto son de color negro y alargan mis piernas, haciéndolas parecer más estilizadas y elegantes. Cada paso que doy en ellos es seguro y firme, aunque no puedo evitar sentir una ligera emoción nerviosa en el estómago. Me inclino para ajustar la correa de uno de los zapatos, asegurándome de que esté bien sujeto, y luego me enderezo, lista para enfrentar la noche.

 Me inclino para ajustar la correa de uno de los zapatos, asegurándome de que esté bien sujeto, y luego me enderezo, lista para enfrentar la noche

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Antes de salir, me pongo un poco de mi perfume favorito, un aroma suave y floral que siempre me hace sentir segura y lista para cualquier cosa. Suspiro profundamente, tratando de calmar los nervios, y finalmente salgo de la habitación, caminando hacia las escaleras con una mezcla de anticipación y determinación.

Cada paso que doy resuena suavemente en el silencio de la casa, el eco de mis tacones marcando el ritmo de mi creciente emoción. La luz tenue de las lámparas crea sombras danzantes en las paredes, añadiendo un toque de misterio y magia a la atmósfera. Mientras desciendo, me tomo un momento para apreciar la elegancia del vestido rojo que llevo puesto, sintiendo cómo la tela se desliza suavemente contra mi piel con cada movimiento.

Al llegar al último escalón, levanto la vista y allí está Lucas, esperándome. Su presencia llena el espacio, y su mirada es intensa y brillante, como si estuviera viendo a la mujer más hermosa del mundo. Siento cómo mis mejillas se calientan de vergüenza y nervios, pero también de una emoción que no puedo ocultar. Sus ojos recorren mi figura, y puedo ver la admiración y el asombro en su expresión.

Lucas lleva una camisa roja que hace juego perfectamente con mi vestido, el color resaltando su piel bronceada y sus ojos oscuros. La camisa está ligeramente desabotonada en el cuello, dándole un aire relajado pero elegante. Sobre la camisa, lleva una chaqueta negra bien cortada que se ajusta a sus hombros anchos y su torso atlético. Los pantalones negros que lleva puestos son de un corte moderno, ajustados pero cómodos, y terminan en unos zapatos de cuero pulido que completan su look impecable.

Su cabello está peinado hacia atrás, con un toque de gel que le da un aspecto ordenado pero natural. Mientras me observa, una sonrisa se dibuja en sus labios, una mezcla de admiración y cariño que hace que mi corazón lata más rápido. Me acerco a él, sintiendo la calidez de su mirada y la seguridad que siempre me transmite.

Lucas extiende una mano hacia mí, y cuando la tomo, siento la firmeza y la suavidad de su agarre.

—Estás hermosa —dice en un susurro, su voz llena de sinceridad y admiración.

Mis nervios se disipan un poco al escuchar sus palabras, y le devuelvo la sonrisa, agradecida por su presencia y su apoyo.

—Tú te ves increíble —le contesto, mi voz apenas un susurro cargado de emoción.

A nuestro lado, Alaric y Vanesa nos observan con una mezcla de admiración y cariño, aunque puedo percibir una ligera sombra de preocupación en sus ojos. Tal vez temen que esto no salga bien en el futuro, pero en este momento, todo parece perfecto.

Lucas me aprieta suavemente la mano, y al mirarlo, noto que está más nervioso que yo. Sus nervios parecen aumentar con cada segundo que pasa. Me giro hacia él, y él toma mis manos con ambas suyas, sus dedos temblando ligeramente. Gira la cabeza un momento hacia nuestros padres, que siguen allí cerca, en completo silencio, como si el tiempo se hubiera detenido.

Las manos de Lucas tiemblan un poco mientras sostiene las mías, y puedo sentir la intensidad de sus emociones a través de ese contacto. Mi corazón late con fuerza, y una mezcla de anticipación y preocupación se arremolina en mi pecho.

—¿Está todo bien? —le pregunto, empezando a preocuparme por su evidente nerviosismo.

—Sí, es solo que... ¿recuerdas que te dije que quería hacer algo antes de irnos? —responde, su voz temblorosa pero decidida.

—Sí, lo recuerdo —digo, tratando de mantener la calma mientras mi mente se llena de preguntas.

Lucas respira profundamente, como si estuviera reuniendo todo su valor, y levanta la vista para mirarme a los ojos. En ese momento, el mundo a nuestro alrededor parece desvanecerse, y solo existimos él y yo.

—Sabrina... —dice, su voz apenas un susurro cargado de emoción. —¿quisieras ser mi novia?

El tiempo se detiene. Puedo sentir cada latido de mi corazón, cada respiración que tomo. Los ojos de Lucas están llenos de una mezcla de esperanza y vulnerabilidad, y en ese instante, sé que este es un momento que recordaré para siempre. Sus palabras resuenan en mi mente, y una ola de felicidad y alivio me inunda. Todo lo que hemos pasado, todas las dudas y miedos, parecen desvanecerse ante la sinceridad de su pregunta.

—Sí, Lucas, sí quiero ser tu novia —respondo, mi voz es firme y llena de amor.

Lucas sonríe, una sonrisa que ilumina su rostro y hace que mis preocupaciones se disipen. Nos abrazamos, y puedo sentir la calidez de su cuerpo, el latido de su corazón sincronizado con el mío. En ese momento, todo parece posible, y sé que, pase lo que pase, enfrentaremos el futuro juntos.

De repente, escucho un suave suspiro detrás de nosotros. Me giro y veo a nuestros padres, que han estado observando en completo silencio. Los ojos de Vanesa están llenos de felicidad, y su sonrisa es tan amplia que parece iluminar todo el lugar. Mi padre, normalmente tan serio y reservado, tiene una expresión de orgullo y alegría que rara vez he visto.

—Estamos muy felices por ustedes —dice mi padre, acercándose para darnos un abrazo.

Nos rodean en un cálido abrazo grupal, y puedo sentir el amor y el apoyo de nuestros padres envolviéndonos. Es un momento de pura felicidad, y sé que, con ellos a nuestro lado, podemos enfrentar cualquier desafío que venga.

Lucas me mira de nuevo, sus ojos brillando con emoción, y sé que hemos dado un paso importante en nuestra relación. Este es solo el comienzo de algo hermoso, y estoy emocionada por ver a dónde nos llevará nuestros caminos que ahora parecen ir juntos.

Alguien como túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora