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—Entonces... ¿Quieres entrar? —Pregunte delicadamente a Red, haciéndome a un lado de la puerta—. Hay cosas que debemos discutir, no me importaría que fuese ahora.

—Claro, encantada —Red entro a mi casa, inspeccionando todo con la mirada. Seguramente estaría pensando en lo inmenso que era el lugar, pero no dijo nada, por no incomodar, supongo.

—Toma asiento —dije apuntando al sofá en el comedor. Red me hizo caso y se sentó, algo tenso—-. ¿Quieres algo para beber? ¿O quizá comer?

—Estoy bien, gracias. He comido antes de salir de casa, ni siquiera me ha hecho la digestión.

—Cierto, porque vives en la otra calle.

—Así es. Por eso te conocía de antes, además de clase. De vista, ya sabes —yo asentí, entendiendo perfectamente a lo que se refería—. Entonces... ¿Qué debemos discutir?

—Pensé que ya estaba firmado el acuerdo, que ya valía. Me pediste ser tu novia falsa y lo seré. Ya esta no, ¿no?

—Ojalá fuese así. Conociendo a mi prima, querrá saberlo todo de nuestra relación. Por eso tenemos que organizarnos, en ningún momento puede darse cuenta de que esto no es real.

—Me parece bien. ¿Qué sugieres?

Pensé que mi prima, en cómo me contaba cada detalle de todas sus historias. Lo primero que me decía siempre era en lo que tendríamos que trabajar.

—Debemos acordar como nos conocimos y empezamos a salir.

—Nos conocimos en clase y empezamos a salir falsamente. Todo muy romántico.

Yo fulmine con la mirada a Red, no me agradaba su ironía. Y solamente llevaba unos cinco minutos con ella.

—De acuerdo, veamos. Si, nos conocimos en clase, pero tardamos más en salir —comenzó a decir ella de nuevo—. Ambas nos mirábamos en clase y un día toma la iniciativa y me plante frente a ti, diciéndote que tenía un crush contigo desde el tercer curso. Te dije también que, aunque hicieses parecer que eras una chica fría, en realidad tenías un alma humana interior. Además de que eras muy inteligente, algo que solamente yo parecía notar. Y que ganarías el premio Nobel de Matemáticas por ello. —Yo estaba totalmente perpleja ante las palabras de Red, ya que no pensé que fuera a decir al tan detallado. No sabía cómo responder.

—La medalla Fields —corregí a la chica, con una tímida sonrisa, la primera que le dedicaba de verdad. Red parecía no haberme entendido, por lo que decidí explicarme—. No hay premio Nobel para las Matemáticas. Ganaría la medalla Fields. Un discurso precioso, la verdad. Dizzy quedara alucinada, eso seguro.

—Es que estas saliendo con Red Heart, ¿Cómo no va a quedarse alucinada? —Levante las cejas, curiosa, —Bueno, algo de confianza en mí misma tendré que tener ¿No?

—Claro, me parece estupendo —dije rodando los ojos—. Siguiente punto: delante de ella, será necesario que me llames de alguna forma cariñosa.

—¿Qué te parece dulce? ¿Terroncito de azúcar? ¿Pastelito?

—No, por Dios, siento que me vas a cocinar —comente asqueada—. Tiene que ser algo bonito y natural, nada empalagoso.

—¿Pequeña? Por eso de que eres bastante bajita y tal.

—¡Oye! —Le di un pequeño codazo, acercándome a ella. —Estoy un poco por debajo de la media, nada más. —Red me miro chistosa—. Vale sí, soy muy bajita. Pequeña está bien.

—¿Yo debo tener apodo? Porque me niego, ni siquiera con Jane lo tenía.

—Claro que lo tendrás. Te llamare amor, ¿vale, amor?

Do we have a deal? Chloe/RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora