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Dizzy y yo estábamos viendo la televisión cuando el timbre sonó. La mire un segundo, preguntándole con los ojos si esperaba a alguien, pero ella simplemente se encogió de hombros. Mama no estaba, quizás se hubiera olvidado las llaves en casa, pero realmente era demasiado pronto para que hubiera terminado de trabajar. Pensé en Jane y Loonie, que igual querían hacer algo esta tarde y por eso se estaban presentando en mi casa sin avisar.

Me levante del sofá para abrir la puerta y, cuando estaba a tan solo un movimiento de alcanzar el pomo, una última posibilidad me vino a la mente. De todos modos, no sería la primera vez que aparecía en mi casa sin previo aviso. ¿Podría ser...?

—¿Red? —dije nada más abrir la puerta y verlo ante mí—. ¿Qué haces aquí?

El me ofreció una media sonrisa al ver mi cara de desconcierto.

— ¿Acaso uno no puede sorprender a su novia cuando le plazca? —inquirió inclinándose hacia delante, con unas claras intenciones que no tarde en adivinar. Rápidamente, eché la cabeza hacia atrás y le puse la palma de mi mano delante de su cara, sobre sus labios.

—Ni se te ocurra. —le advertí mirándole a los ojos—. Ya he tenido suficiente con el beso de hoy —añadí, refiriéndome al beso que me había dado para evitar que me fuera de la lengua delante de mi prima sobre la verdad de a quien estaba mirando en el entrenamiento.

Red rio y se apoyó contra el marco de la puerta.

—Sabía que dirías eso —me confeso—. Por cierto, ya estoy un paso más cerca de averiguar quién es la chica misteriosa que no se va de la cabeza de Chloe Charming. —Alce las cejas y me cruce de brazos, desafiándola—. Tú solita te has delatado; has estado a punto de admitir que habías ido a ver otra persona al entrenamiento.

Abrí mucho los ojos, cayendo por primera vez en cuenta de lo que mi casi desliz suponía. Ahora Red había conseguido reducir el número de chicas.

—Pero para que veas que soy buena persona, pequeña. —continuo Red, resaltando con diversión en los ojos el apodo con el que solo ella me llamaba—, he preferido salvarte de la terrible humillación de tu prima, a pesar de que estabas a punto de darme la respuesta en bandeja de plata.

Solté un bufido y puse los ojos en blanco. Sabía que Red tenía razón, pero en esos momentos mi orgullo era demasiado fuerte como para admitirlo en voz alta y agradecérselo.

—Creo que, a cambio, al menos de debería tener el privilegio de saber el nombre de la afortunada. —termino, ahora con una sonrisa en el rostro que dejaba al descubierto sus blancos dientes—. ¿No crees?

—En tus sueños. —dije, tomándole del brazo y tirando de ella para meterla en casa mientras ella reía. Yo pretendía subir a mi cuarto, pero Red me detuvo delante de la puerta del comedor, donde Dizzy seguía viendo la televisión—. ¿Qué haces? —pregunte en un susurro, sin apenas separar los dientes.

—Hola, Dizzy. —la saludo Red a la vez que pasaba su brazo alrededor de mis hombros y me atraía hacia sí.

—Red. —dijo alzando la mirada y entornando los ojos en cuanto nos vio tan juntos.

—Vamos a subir a la habitación de Chloe. —le explico—. No vamos a hacer nada malo, pero te agradeceríamos que no volvieras a entrar como la otra vez.

Dicho esto, Red me dio un sonoro beso en los labios y pude notar que sonreía contra mi boca. Sabía perfectamente que el comentario había ido dirigido para molestar a Dizzy, pero con ese beso solo pretendía hacerme rabiar a mí, cosa que consiguió. Cuando nos separamos, parpadee un par de veces mientras recuperaba la compostura.

—¿Vamos, amor? —pregunte dándole unas palmaditas en el pecho.

En cuanto estuvimos en mi cuarto y me asegure de que la puerta estaba bien cerrada, me gire hacia Red y me dedique los primeros segundos a golpearle con fuerza en ambos brazos.

Do we have a deal? Chloe/RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora