26

1.7K 134 36
                                    

—Yo creo que me voy ya a la cama —anunció Dizzy. Sorprendente, pero sí, ella fue la primera en abandonar el salón—. Hasta mañana.

Jay, Carlos y Red fueron los siguientes en subir a las habitaciones no mucho rato después. No era excesivamente tarde, pero habíamos estado la mayor parte del día de caminata y estábamos bastante cansados, así que a nadie se le ocurrió proponer quedarnos despiertos hasta altas horas de la madrugada. Menos mal.

—¿Has contemplado la posibilidad de confesarle a Red que estás loquita por ella? —preguntó Jane cuando escuchamos la última puerta cerrarse en el piso de arriba. Loonie río.

—¿Perdona? —exclamé. No era la primera vez que ella o Loonie sacaban el tema de mi relación con Red, pero pensé que ya habrían desistido.

—Eso, Chlo. —apuntó Loonie—. Hoy un poco más y repiten el numerito del otro día en tu casa. Que, por cierto, para no estar saliendo de verdad se dieron un buen beso. A saber, qué hubieran hecho si no hubiésemos estado los demás delante.

—¡Loonie! —Le lancé un cojín que tenía a mano en toda la cara, pero ella consiguió esquivarlo.

—Lu tiene razón. —la respaldó Jane—. Cuando te puse la prueba, no pensé que fueras a conseguir pasarla. Luego me prometí que nunca más te subestimaría.

Jane y Loonie empezaron a reír por lo bajo. Yo, por el contrario, no sabía dónde meterme. Mis amigas seguían insistiendo en algo que no existía, pero ellas estaban muy convencidas de que sí.

—Para que lo sepan. —dije—, Red y yo somos buenas amigas. Muy buenas, de hecho, pero nada más. Si el beso las dejó con la boca abierta fue porque tú, Jane, así lo pediste. Yo solo cumplí con mi parte.

Mis amigas dejaron de reírse y se miraron un segundo para después mirarme a mí.

—¿Entonces de qué iba todo eso que habéis estado haciendo hoy durante la excursión al río? —inquirió Jane, acomodándose en el sofá. Yo la miré sin entender—. Ya sabes, Red caminando todo el rato a tu lado, riéndote todas las gracias, y no nos olvidemos del momento en que te ha cogido en el aire y ha saltado contigo al agua. ¿Te recuerdo que no has despegado los brazos de su cuerpo en ningún momento?

Negué con la cabeza y me levanté del suelo para sentarme sobre la mesita que había delante del sofá.

—Hemos estado juntas porque todos los demás han pasado de mí —les reproché, aunque no estaba enfadada.

Ellas se quedaron un momento calladas.

—Puede y solo puede que hayamos pasado de ti adrede. —dijo Loonie—. Pero solo un poco, eh.

Alcé las cejas en señal de incredulidad.

—Cuando hemos visto que Red estaba tan pendiente de ti hemos quedado en que os dejaríamos el máximo rato posible a solas —me aclaró Jane. Enseguida esbozó una sonrisa—. Y ha funcionado, ¿verdad?

—Son las peores amigas del mundo.

—Somos las mejores, en realidad. —Loonie sonrió.

—Y nos quieres por ello —terminó Jane.

Puse los ojos en blanco en un fingido enfado que no duró mucho, pues dos segundos después me estaba despidiendo de ellas con un abrazo a cada una. Era hora de irse a dormir.

Subí las escaleras mientras escuchaba a las chicas hablar en voz muy bajita, tanto que ni siquiera llegué a entender una sola palabra. Solo esperaba que no estuvieran ideando ningún tipo de plan malvado para juntarme con Red.

Al llegar ante la puerta del cuarto que iba a tener que compartir con Red esta noche, me detuve y respiré hondo antes de llamar a la puerta. Un breve 'adelante' me impulsó a entrar. Al principio me quedé un poco desconcertada, pues había asumido que Red ya estaría en la cama, pero ahí no había nadie. De hecho, la cama estaba intacta, a excepción de que faltaba un almohadón. Solo cuando me giré hacia la ventana vi que Red se había "acomodado" en el alféizar de la misma, con el almohadón encajado entre su cabeza y el cristal.

Do we have a deal? Chloe/RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora