Epilogo parte 2

2.1K 166 23
                                    

Estaba sentada en una de las sillas del banquete, observando todo. Aunque pareciera increíble, Lysander y Dizzy, esa pareja por la que nadie daba un duro, se habían casado. Y ellos no podían estar más felices. Busqué con la mirada a la feliz pareja, pero, para mi sorpresa, los encontré separados. Lysander se hallaba conversando con Jay y Red, este último con nuestra hija en brazos. Dizzy se dirigía hacia mí.

—Prima, ¿te lo estás pasando bien? —preguntó una vez ya estuvo frente a mí. Yo asentí con la cabeza—. ¿Y qué haces aquí sola?

—Digamos que los tacones acaban cansando los pies —dije, subiendo un poco mi vestido para que mi prima pudiera ver mis zapatos. Llevaba puesto un vestido largo color rojo, con piedrecitas brillantes en la zona del escote. No me hacía mucha gracia al principio por el color, pero Red insistió en que el color rojo en mí era una maravilla.

—Qué me vas a decir a mí, y eso que aún no hemos bailado —dijo, enseñándome también sus zapatos, escondidos tras el largo y precioso vestido de novia—. No me puedo creer que me haya casado. ¿Tú también estabas eufórica cuando te casaste con Red?

—¿Que si estaba eufórica? Casi me da un ataque al corazón. —Las dos reímos.

Recordaba perfectamente el día de mi boda con Red. Yo estaba hecha un manojo de nervios, pensando en todas las cosas que podían salir mal. Mis amigas y mi prima fueron las que me animaron y me dijeron que todo saldría estupendamente, y así fue. Me casé con la mujer de mi vida, aquel de la que no querría separarme, a la única que querría ver junto a mí por las noches.

No lo pensamos muchos después tras la boda, buscamos formas de embarazarme, adoptando la opción de fertilización in vitro. Los meses de embarazo fueron algo duros, pero con Red a mi lado, todo se hacía mucho más sencillo. Ahora teníamos una niña preciosa, que era el centro de todas las miradas, incluso en la boda de mi prima.

Isabella vino corriendo hacia mí, pasando sus brazos a lo largo de mis piernas y escondiendo su cara en el vestido. Dizzy me miró con ternura, y yo me agaché para quedar a la altura de mi hija.

—Cielo, ¿qué ocurre? —pregunté, acariciando sus rizos rojizos.

—Mami y el pimo. —Levanté la vista para ver a los dos aludidos de pie frente a mí, a punto de excusarse por cualquier cosa que hubieran hecho.

—Lysander, cariño, ¿qué le has dicho a la niña? —preguntó Dizzy, acercándose a su ahora ya marido.

—La culpa es de esta flacucha.  —dijo señalando a Red—, ¡le ha dicho a su hija que soy malvado!

—Eso no es del todo cierto —apuntó Red, jugando con sus manos. Sabía que estaba pensando una excusa, pues únicamente jugaba con sus manos cuando estaba nerviosa—. Solamente le he dicho que el primo Lysander es un poco como el enanito Gruñón.

—¿Y le has dicho que me llamo Lysander? —preguntó este, cruzándose de brazos.

Red se mordió la lengua antes de responder.

—Claro.

—No, papi, ¡pimo Eugenel! —gritó Isabella, causándonos la risa a Dizzy y a mí.

—Bella, ¿qué te he dicho? No tienes que hacer quedar mal a mama.

—Chicos, llevan así desde que se conocen. ¿No creen que ahora que son familia deberían controlarse? —preguntó Dizzy, tratando fuertemente de no sonreír. Red y Lysander se miraron entre ellos para, finalmente, asentir—. Estupendo. Ahora, Lysander, tienes que venir conmigo, tenemos que ir a saludar a todos los invitados.

—¿Es verdaderamente necesario? —se quejó él. Dizzy abrió los ojos como platos, sorprendida—. Está bien, está bien, lo pillo. Vamos, entonces.

Do we have a deal? Chloe/RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora