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La ronda de besos no parecía tener fin. Ni Red ni yo teníamos la intención de parar, la simple idea sonaba ridícula en mi cabeza. La lluvia que tan molesta había sido al principio servía para dar intensidad al momento, a los besos. Mi boca no se separaba de la de Red, mientras que mis manos iban recorriendo todo su cabello. Mi espalda seguía pegada al jeep, aunque con un rápido movimiento me encargué de darnos la vuelta, de forma que ahora era Red la que tenía su espalda contra su coche. Notaba la sonrisa de Red contra mis labios y eso -junto a la falta de aire- hizo que nos separáramos.

Inconscientemente, llevé una de mis manos a mis labios, donde tan solo unos segundos antes habían estado los de Red. Ella no dejaba de mirarme con una gran sonrisa en la cara, y yo llevé mi mirada al suelo, un poco avergonzada. Toda la sesión de besos la había empezado yo lanzándome a su cuello, no me había dado cuenta hasta ahora. Red puso su mano en mi barbilla, haciendo que volviera a mirarle a sus ojos. Sentía mi respiración agitada de nuevo.

—Chlo... ¿te arrepientes de haberme besado? —preguntó Red, a lo que yo negué de inmediato con la cabeza, ampliando la sonrisa en su cara—. Yo tampoco, de hecho, es en lo único en lo que he pensado en los últimos días... o semanas.

—¿Semanas?

—Sí, Chloe. Yo me di cuenta de mis sentimientos hace tiempo, nunca intenté luchar contra ellos.

—Lo siento por ello. —dije, avergonzada de mi anterior conducta.

—No te preocupes, pequeña. La espera ha merecido la pena.

—No sabes cuánto he echado de menos el pequeña. —Mi felicidad en este momento era algo inocultable—. Solamente quiero besarte, amor. —Red río ante mi apodo, aquel que le puse para fingir. Ahora no se fingía más.

—¿Y a qué estás esperando?

Sin dudarlo, volví a juntar mis labios con los suyos, con toda la pasión del mundo. Abrí mi boca dejando espacio a la lengua de Red, deseosa de entrar. Llevé mis manos a su húmeda blusa, para después subirlas a su cabello. Red me cogió con sus brazos, poniendo sus manos en mis muslos. Yo enredé mis piernas a lo largo de su cintura, lo que hizo que las dos nos fuéramos para atrás, chocando contra su jeep. Las dos nos quejamos, porque nos habíamos dado un pequeño golpe, pero al momento nos pusimos a reír.

—Creo que deberíamos entrar —dijo Red, señalando su casa con un movimiento rápido de cabeza—. Estamos empapados y mi querido Jabberwocky no puede tener ni un rasguño más.

—Claro, Red. Entremos.

Desenredé mis piernas de su cuerpo y me bajé, tocando el suelo de nuevo. Pero esto fue tan torpemente, que pisé un charco y resbalé, aunque no llegué a caer del todo, ya que unos brazos estaban ahí para recogerme.

—¿Siempre vas a estar ahí para salvarme? —pregunté, sin dejar de perderme en sus ojos, que cuanto más miraba, más me encantaban.

—Siempre —respondió él con una pequeña sonrisa—. Aunque también soy la que te golpeó contra el jeep, ten cuidado.

Entre risas me ayudó a levantarme, y entramos en su casa sin soltar nuestras manos. Era increíble, parecían estar hechas para encajar solamente entre nosotros. Me gustaba eso.

Una vez que Red cerró la puerta, llevé mis manos a su cuello, atrayéndola hacia mí, hacia mi boca.

—¿Quieres besarme de nuevo? ¿No crees que nos vamos a desgastar?

—Eres idiota —respondí. Hace tan solo unos minutos le había insultado, pero ahora era distinto, nuestros sentimientos estaban claros.

—Y aun así me quieres. Aun así, te has enamorado de la idiota —dijo acercando su frente a la mía, pero dejando separados nuestros labios. Necesitaba acabar con esa mínima distancia.

Do we have a deal? Chloe/RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora