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—Todos me debén la vida, para que lo sepan.

Una sonora carcajada subió por mi garganta, sin poder detenerla. Mi risa se vio acompañada de la de Red, que cerraba los ojos a la vez que se ponía una mano el pecho al reírse. Miré a Dizzy sentada frente a nosotros, que nos miraba tiernamente, a la vez que aguantaba la risa.

Su comentario, a pesar de gracioso, era cierto. La llegada de mi prima a Auradon no solamente nos había unido a Red y a mí, sino a todos los que ahora formábamos el grupo de amigos. Y precisamente estábamos sentados así, en parejas -a excepción de Dizzy, claro está-. Yo estaba sentada en el regazo de Red, que no dejaba de dibujar círculos sobre mi espalda. Jay y Loonie estaban sentados uno al lado del otro, mientras que Carlos y Jane estaban frente a frente. Parecía que todos estábamos perdidos en la otra persona a la que queríamos, por lo que era normal que mi prima se sintiera algo fuera de lugar en estos momentos.

—Dizzy, gracias a ti estoy saliendo con la persona más increíble del mundo. Te debo mucho más que la vida —apuntó Red. Yo giré ligeramente mi cabeza para mirar a mi novia, con una mirada que solamente podía transmitir amor. Red sonrió de medio lado y yo acerqué mis labios a los suyos para dejar un tierno beso.

—Y pensar que antes te caía mal... —añadió Dizzy, cruzando una pierna sobre el banco de madera. Habíamos decidido sentarnos en las mesas de fuera del instituto, donde no todo el mundo estuviera mirándonos.

—La falsa Dizzy me caía mal, la verdadera es genial. —Dizzy y Red se sonrieron sinceramente, y yo no podía sentirme más orgullosa.

—Muchas gracias, Red. De hecho, muchas gracias a todos. Siento que no solamente soy la prima de Chloe, sino Dizzy, una más en el equipo —se sinceró mi prima.

—Lo eres. —respondió Jane—, todos lo somos. Nunca pensé que diría esto, pero eres una buena amiga, Dizzy.

—¿Incluso después de haber besado a tu novio? —bromeó Dizzy.

—Era un juego, claro que incluso después de eso. —Carlos miraba atontado a Jane, que le dio un pequeño codazo en el brazo—. ¿A ti qué te pasa?

—Nada, solamente pensaba en lo bien que suena eso de tu novio. Podría acostumbrarme... y no hablo solo de hasta que acabe el cuatrimestre.

—¿A qué te refieres?

—He pensado en quedarme aquí, en Auradon. Tengo familia aquí y no me gustaría dejar a mis amigos ni a mi novia para irme a Inglaterra. Voy a quedarme.

Jane se lanzó literalmente a los brazos de Carlos, que la recibió con ellos abiertos. No podía evitar sonreír, me encantaba ver a mi mejor amiga así de feliz. Carlos era un gran chico, eran perfectos el uno para el otro.

—¿Y tú, Dizzy? ¿Qué hay de ese chico misterioso? —preguntó Loonie. Red y yo nos miramos entre nosotros, sabiendo ya quién era el chico en cuestión, aunque no dijimos nada.

—Eso, me gustaría conocerle —añadió Jay.

—Cómo no, los tortolitos están de acuerdo en todo —soltó Red, a modo de broma.

—No querrás conocerlo para quitármelo, ¿verdad, Jay? —El aludido abrió la boca con sorpresa, no esperando esa respuesta de mi prima—. Es broma, sé que no te gustaría. Creo.

—La intriga me está matando —dijo Carlos—, ¿quién es?

Dizzy no tuvo tiempo de responder, ya que vimos aparcar la moto a Melody. Noté cómo Red estaba pendiente de mi reacción, aunque no hubiera motivo para hacerlo. Melody se acercó a la mesa a saludar con una sonrisa, una que yo correspondí, pero nada más. Era irónico; la chica que me llevaba gustando toda mi adolescencia era casi como una amiga para mí. No había ningún sentimiento amoroso.

Do we have a deal? Chloe/RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora