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Cuando terminamos de comer, Jane y Loonie se dirigieron a mi habitación como si estuvieran en su propia casa y empezaron a inspeccionar mi armario. Loonie movía las perchas de un lado a otro mientras que entre Jane y ella decidían lo que les gustaba y lo que no. Porque sí, ya era sábado, lo que significaba que había llegado el gran día de mi cita con Melody. Aunque lo cierto era que no se sentía ni la mitad de grande de lo que había esperado.

Todo era culpa de Red, con quien no había hablado desde la discusión que puso fin a nuestra relación -y amistad- dos días antes. Aquella tarde había estado encerrada en casa, llorando todas las lágrimas que pensaba se me habían agotado. Sin embargo, al día siguiente, ayer, me levanté de un humor completamente diferente: no iba a dejarme hundir por Red. O, al menos, no iba a darle el placer de ver hasta qué punto me había afectado nuestra "ruptura".

Por lo tanto, actué de forma normal en el instituto, aunque apenas abrí la boca cuando estábamos todos juntos en la cafetería. No sabía si podría soltar algún comentario que le revelara a Red la verdad: por dentro estaba destrozada. Si actuaba de forma pasiva, no podía cagarla, así que eso hice.

Antes de poder objetar, Jane y Loonie habían seleccionado tres conjuntos para mi cita con Melody. Los habían dejado sobre mi cama, y Jane me empujó suavemente para que me pusiera delante y opinara, ya que parecía que por voluntad propia no iban a sacar nada de mí.

—¿Cuál de los tres prefieres? —preguntó Loonie.

Miré los tres conjuntos. Lo cierto era que los veía todos iguales, cosa que me sorprendió. No estaba mostrando mucho interés por detalles como la ropa que ponerme o el peinado que hacerme. Al fin y al cabo, eran aspectos que ahora me parecían triviales, a pesar de que, la primera vez que quedé con Melody, me robaron mucho de mi tiempo de preparación. Ahora solo quería que llegara el momento de estar con Melody; lo que pasara hasta entonces no me causaba ninguna emoción.

—Me da igual, chicas —contesté, volviendo a mirar a mis amigas—. Elijan ustedes.

—Chlo, es tu gran cita con Melody, lo que tanto llevas soñando —apuntó Jane. Parecía no poder creerse mis palabras—. ¿De verdad quieres dejar en muestras manos la elección de la ropa? ¿No quieres tener nada que ver? Tiempo atrás ya te habrías probado todos los conjuntos de tu armario para ver cuál es el ideal para la cita.

Les había contado a mis amigas todo lo que había pasado desde la primera cita con Melody. Loonie ya estaba más o menos informada, dado que me encontró llorando en el baño del colegio tras romper con Red, pero una vez estuvimos las tres juntas lo pude explicar con mayor detenimiento. Como buenas amigas, me consolaron cuando lo necesité y criticaron a Red cuando llegué a la parte de la elección entre las dos chicas. Estábamos hablando de Jane y Loonie; harían cualquier cosa por mí.

Loonie y yo habíamos decidido no tocar el tema de Jane saliendo del baño de los chicos justo detrás de Carlos. Ya tendríamos tiempo más adelante, cuando todo el problema de Red y Melody se suavizará. Lo último que necesitábamos era más acción en nuestra vida.

Finalmente, fingiendo un interés que no sentía, me decanté por un vestido sencillo, completamente azul, a juego con los zapatos y una cinta de pelo. Jane y Loonie se fueron de mi casa media hora antes de que llegara Melody, dándome dos grandes abrazos y deseándome suerte para aquella tarde. En su opinión, que Melody hubiera querido volver a quedar significaba que sentía algo por mí sí o sí. Aunque había algo en sus rostros que me hacía pensar que no parecían estar demasiado ilusionadas con la idea.

Nada más sonar el timbre, corrí hasta la puerta.

—Hola, Chloe, estás muy guapa —saludó Melody con una sonrisa que hizo que todas las preocupaciones que había tenido hace un segundo antes se disiparan.

Do we have a deal? Chloe/RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora