En este universo, Naruto y Sasuke están juntos, ambos han formado una familia y tienen dos hijos, Boruto y Menma. Sasuke protege a la aldea y a su familia desde fuera, mientras Naruto la protege desde dentro.
Esta es la historia del clan Uzumaki-Uc...
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—Buenos días, Boruto —saludó Mitsuki con una sonrisa.
—Hola, cariño.
Corrían y saltaban por los techos de las casas, iban en camino para encontrarse con su sensei Konohamaru y Sarada.
—¿Oíste que tenemos una misión conjunta con el Equipo 15? —preguntó Mitsuki.
Decir que se sentía algo inseguro de nuevo, era una forma de describir el monstruo de los celos dentro de sí mismo. Y aunque ya sabía controlarse un poco más y ambos confiaban más en el otro, era difícil a veces no tener pequeñas peleas. Pero ahora entendía que eso era normal.
—Eso no pasa todos los días —dijo Boruto—. Pero sea con quien sea, el Equipo 7 será el que la cumpla —Boruto empuñó sus manos con decisión.
Mitsuki rió con levedad.
—Sabía que dirías eso.
Su novio siempre veía las misiones conjuntas como una pequeña competencia, eso siempre lo hacía reír. Hasta que vio a Boruto detenerse y entonces él también detuvo el paso, se colocó a su lado. La mirada de Boruto ahora había cambiado, era mucho más seria. Dirigió la vista hacia un árbol algo alejado de ellos cuando su novio apuntó con el dedo.
Un tipo estaba en la rama de árbol, llevaba unos binoculares y había quitado otra rama de su camino, esta daba hacia la casa de una mujer que tenía las cortinas abiertas del balcón.
—¿Está espiando a alguien de buena mañana? —preguntó Boruto. Sacó un kunai—. Habrá que asustarlo un poco.
Y también tenía mucho sentido de la justicia.
Boruto lanzó el kunai, el hombre cayó de la rama del árbol y se dio un buen golpe en el suelo.
—¡Eh, mirón! Piensa en lo que estás haciendo —dijo Boruto con molestia y las manos en la cintura. Mitsuki solo los observaba con seriedad.
Aunque se sorprendió un poco cuando vio que el hombre tenía un nido en sus manos.
—Creo que te equivocaste —susurró Mitsuki.
Mitsuki rio un poco, su novio ahora estaba muy avergonzado y con el sonrojo extendido por todo el rostro.
—Lo siento —Boruto colocó un paño en la cabeza del hombre—. No sabía que estabas observando a los pájaros.
Mitsuki se arrodilló al lado de Boruto, estaban los tres bajo la sombra de un árbol.
—No te preocupes —dijo el hombre—. Los huevos están a salvo —puso el nido frente a su rostro y empezó a mimar a los huevos.
—¿Te gustan los pájaros, Tosaka-san?
Tosaka estaba muy serio. Mitsuki parpadeó un par de veces.
—Boruto-kun —dijo Tosaka. Luego, se sonrojó y sonrió con alegría— ¿A ti también te gustan?
—¿Qué? No especialmente —contestó Boruto—. Aunque no niego que no me gusten los halcones —sonrió nervioso.
