Boruto: Clan Uzumaki-Uchiha | NaruSasu ✍︎

Extra 8.4 Época de migración

Sarada pensaba en las formas de poder salir de esto, era muy difícil. No podía hacer una explosión, iba a volar todo. Se harían daño a ella, Suigetsu y Jūgo, además, no había forma de poder escapar si no podía moverse.

—¿Por qué lo hiciste? 

—Extraje una muestra del anestésico de Orochimaru —dijo Tosaka— y veo que funciona bien. 

—¿A si que fuiste tú quien robó la medicina? 

La sonrisa de Tosaka le dio nauseas a Sarada.

—Sumire frunció el ceño, dio un paso al frente.

—Wasabi, Namida, ustedes quédense atrás. 

—Es conmovedor lo mucho que quieres a tu equipo —dijo el chico—. Aunque gracias a eso podré cazar a la presa que se me escapó. 

—Esta vez las protegeré —Sumire estaba decidida.

—Espero que me emociones un poco —dijo el chico y presionó el botón del collar que traía. 

—Ustedes son mi presa.

Boruto levantó el kunai.

—Ya quiero probarlos —dijo la chica. 

Activó el collar y el sello maldito se propagó por su cuerpo. La chica se transformó en lo que parecía ser un dinosaurio.

Boruto supo que ese collar tenía que ser destruido, era la única forma de terminar con ella. 

Tosaka se agachó. 

—Lo siento por ustedes, pero sus amigos no vendrán a rescatarlos. 

—Estás compinchado con esos dos… —dijo Suigetsu.

Tosaka empezó a reír. Sarada sonrió. 

—De todas maneras, en Konoha debieron ya de haberse enterado. 

—¿Qué? —Tosaka no podía creer lo que escuchaba. 

—No importa que hagas, no se saldrán con la suya.

Movía la pierna que tenía cruzada de atrás hacia adelante, bastante distraído en la novela que estaba leyendo. No tenía nada que hacer en casa, así que se fue a la oficina de su marido, llevó también a Menma, el niño estaba en la silla y jugaba en la consola de su hermano.

Boruto no estaba, había ido a una misión que trataba acerca de aves y un comportamiento extraño, según explicó Shikamaru. Naruto estaba a su lado leyendo papeles que debía firmar y mandar pronto con Itachi. 

Sasuke levantó la mirada cuando vio un ave pequeña de arcilla entrar por la ventana abierta de la oficina. Frunció el entrecejo. La atrapó en el aire, la arcilla se deshizo en sus manos y de esta, apareció un mensaje. Incluso Naruto había dejado de leer los papeles. 

“Están investigando el sello maldito de Juugo-san. Las aves se encuentran también infectadas y las cosas se complicaron, contagiaron a dos compañeras del Equipo 15. Nos robaron los anestésicos de Juugo-san. Karin-san y Suigetsu-san se encuentran con nosotros, pero no es suficiente. 

Los del País de las Olas tienen a Konohamaru-sensei, Wasabi, Namida y a Juugo-san. Estamos cerca del pueblo donde nos mandaron a la misión.

Necesitamos refuerzos”. 

—No creí que habría problemas de nuevo con el sello maldito —dijo Sasuke, leía y releía el mensaje.

Sus manos empezaron a temblar de nuevo, Naruto las tomó entre las suyas.

—Ve con Itachi, hablaré al País de las Olas para informar lo que está pasando y me otorguen el permiso para que puedan detenerlos, Menma se queda conmigo.