17. Tranquilidad.

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Habían hablado.

Tenía unos días que no se comunicaba con la mujer que conoció hace unas semanas, se llamaba Lynn Allen, hablar con ella le parecía curioso, esto diciéndolo cómo alguien que estaba desactualizado con los videojuegos.

Ella si que parecía estar al corriente, sintiéndose más viejo de lo que es, aunque.. al mismo tiempo pensaba que era increíble que tuviera una gran pasión por los videojuegos, esto considerando que ella era unos años menor que él, no preguntándole su edad ya que.. el único buen consejo que le dieron sus hermanas es que eso no se le pregunta a una dama. Lo cuál puede entender, pero a la vez pensaba que era algo tonto, no a todas las mujeres les molestaría que les recuerden que edad tienen, entiende qué es un tema delicado para cierto grupo, solo.. no piensa que deba dársele la importancia qué algunas de sus hermanas le dan, era muy ridículo.

Volviendo con Lynn, le impresionaba el conocimiento que tiene no solo de videojuegos, si no también de cómics, obviamente ella le dijo que no es una experta, pero obviamente no se meterá un tema del que no sepa, algo qué incluso él respeta.

Quizás podría verse con ella después.

Casa de Lincoln










Muy bien, su hija le dijo que vendría el día de hoy, así que a diferencia de otros días, ya estaba preparado, no diciendo que no le gusta cuando vienen sin avisar, pero se sentía una sensación diferente, puede que fuera la seguridad de saber que su hija vendría a verlo. En fin, cómo dijo, estaba listo para cuando su hija llegara, escuchando entonces el timbre de su casa por lo que seguramente debía ser ella, yendo hacia la puerta para así abrirle, viéndola ahí, su rubia hija, a la cual veía un poco nerviosa pero eso ya era normal en ella, tomando su mano para así entrar juntos.

Loan estaba contenta de que su padre fuera tan amable y atento con ella, pero esa era su forma normal de ser, y.. no quería quedarse esperando afuera, por lo que.. esta vez tocó el timbre, al menos así podría avisar que estaba aquí, no quería que.. eso volviera a pasar.

- Me alegra de que ya estés aquí hija, cuando el otro día me dijiste que vendrías quise estar preparado, así que.. —Al estar en la sala mostraba una de sus viejas consolas— ¡Ta da!, espero todavía recuerdes cómo jugar en una de estas, yo recuerdo qué a alguien aquí le gustaba jugar mucho—Dijo con una sonrisa mientras veía cómo su hija se emocionaba un poco, eso seguramente era porque había recordado la época donde jugaban casi diario, o bueno, él intentaba jugar, ya que ella se volvía buena en cualquier juego que pusiera.

Incluso si era multi jugador o en solitario, a ella le gustaban mucho los videojuegos.

- A-Ay papi.. bueno tengo algo de t-tiempo que no juego en una de e-esas consolas, ¡Pero!, si recuerdo muy b-bien como jugar, así que te recomendaría q-que no te confiaras, ya que a veces no m-me contengo, y podría ganarte si es que j-jugamos un juego de peleas..—Obviamente sabía que su padre querría que jugaran varios juegos además de los de ese estilo, pero quería darle una pequeña advertencia para que tuviera en mente el hecho de que su pasión por los videojuegos no ha hecho más que aumentar en todos estos años.

- Sé que puedes llegar a ser algo competitiva, lo que no está mal, ya que los videojuegos son para divertirse pero tampoco sienta mal ganar unas cuantas veces, yo llegué a ser muy bueno cuando era joven, así que.. que no te sorprenda si te gano un par de veces, aún tengo mucha habilidad conmigo—Decía en un tono presumido pero gracioso, incluso flexionando uno de sus músculos para complementar su chiste, viendo a su hija reír, no muy fuerte, pero se alegraba de que haber generado esa reacción en ella, preguntándole si quería tomar algo mientras jugaban.

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