3. Rojo y Blanco.

264 39 39
                                    












En sus ratos libres.

O más específicamente, cuando no está trabajando, le gusta leer alguno de sus viejos cómics, que.. si bien también está al pendiente de los nuevos que han sacado.. lo viejo siempre sería mejor.

Quizás era una forma un poco tonta de pensar, pero no podía evitar sentirse así, al menos su amigo Clyde concordaba con él en ese sentido, ya que pese a su edad, los dos siguen coleccionando cómics, entre otras cosas del estilo. Ha estado en contacto con las madres de sus hijas, esto debido para notificarles qué es lo que hacían cuando venían, y de paso hacer que estuvieran más tranquilas cuando no sabían dónde estaban, lo cual pasaba a menudo con 3 de sus hijas, Laika era una.

Su pelirroja hija, viene de vez en cuando a visitarlo, intenta hacer que todo esté en paz mientras están los dos, pero.. no siempre se puede.

Algo llega a surgir.

Casa de Lincoln, sala










Esta era una.. muy interesante sorpresa, aunque pasar un rato con su hija nunca venía mal, así no se concentraba tanto en sus hobbies, que.. es bueno tenerlos, pero abusar de ellos es lo que ya no está bien, hay que tener moderación. Volviendo nuevamente al tema.. ahora mismo se encontraba sentado en el sofá junto a su hija, ninguno había hablado por un buen rato, casi por media hora, sería buena romper el silencio, puede que pudiera hayar un tema para hablar con su hija.

Volteó a ver a la pelirroja.. se veía bastante linda, tenía más de su madre, eso era obvio, ya que se niega a pensar que se parece a él.

Diciéndolo en un buen sentido.

- Bueno.. Laika, no esperaba tu visita, aunque ya desde esa vez que fuiste a visitarme a mi trabajo, creí que sería mejor vernos aquí, de esa forma no hay que estar con el pendiente de nada..—No se le ocurrían muchos temas para hablar, sería completamente honesto, pero tampoco se quedaría callado, por lo que.. si su hija quería hablar de algún tema en específico, intentaría seguirlo para hablar con ella.

- Mmmm. Creo que es mejor de esta forma, ¿Sabes?, así podemos hablar sin ser interrumpidos, no me quedé muy a gusto la otra vez que fui a visitarte.. así que.. pienso que es mejor así.—Decía tomando la mano de su padre, era más grande que la suya, a pesar de que ella es un poco tosca, le sorprendía como su padre siempre seguiría siendo más grande que ella, sintiéndose.. protegida.

- Bueno, también es cierto qué es mejor tener momentos así sólo los dos, tú también te mereces mi atención, y.. obviamente hay momentos donde solo serás tú quien la reciba—Dijo con una sonrisa, sosteniendo la mano de su hija, dándole un beso en la misma, pudiendo observar cómo esta volteaba la mirada, avergonzada, a lo que sólo se reía levemente.

- N-No era necesario que hicieras eso.. no soy como la pequeña rubia que le gusta ser tratada como princesa.. y tampoco soy una niña.. —Suspiraba, para después, dejar caer suavemente su cabeza en el hombro de su padre— solo quiero pasar un buen rato contigo.. hasta no hacer nada estaría bien..—No quería mirar a su padre directamente a los ojos.. aquello había sido vergonzoso para ella.

- Leia es bastante caprichosa, pero sigue siendo mi hija, no importa que pase.. y.. tú también lo eres, y siempre lo serás.. no es malo que tu viejo te dé un poco de cariño, solo un poco, sin que.. ya sabes, sea raro—Estando tranquilo es que acariciaba el rojizo cabello de su hija, con todas sus hijas tiene momentos de paz, donde simplemente se quedan sentados sin hacer mucho, pero.. con Laika es diferente.

Un Lugar Especial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora