DÍA SIGUIENTE - UNAI

1.2K 62 63
                                    

Paso por mi habitación para cambiarme la ropa, aunque lo hago a regañadientes porque me encantaría quedarme con la camiseta de Pedri. Creo que no voy a devolvérsela, me gusta que huela a él... cuando salgo me cruzo con el entrenador, quien me mira de arriba abajo como hace siempre que tiene algo que decirte y me tenso de forma automática.

—Tenemos que hablar seriamente, Unai.

—¿Qué pasa, mister? ¿Pasó algo en la celebración que no...?

—En el campo más bien.

Le miro extrañado porque no lo entiendo. Durante la competición no hemos tenido apenas goles en contra, asi que poca bronca puede echarme por haber hecho bien mi trabajo: evitar que el rival marcara.

—No le entiendo.

—Claro que me entiendes —responde pero con su mirada puesta en el móvil, el cual da la vuelta hacia a mí y me obliga a mirar la pantalla —, ¿vas a decirme algo sobre este vídeo?

Es mi abrazo con Pedri. Un gesto de cariño, no tiene nada de malo, estábamos todo el mundo abrazándonos, celebrando que habíamos ganado una copa después de doces años...

—¿Qué problema tiene el vídeo?

—Un tanto pasional, ¿no?

—¿Perdón? —no puedo creerme lo que estoy escuchando.

—¿Puedes explicarme de qué va todo ese vídeo? Porque no parecen dos simples amigos que se abrazan por ganar, ahí hay algo más.

—No hay nada más, señor.

—Eso espero, no quiero líos, suficientes habladurías hay ya en redes sobre vosotros como para que fuera real.

—¿Me está echando la bronca por ser amigo de alguien y que personas ajenas estén montándose una película?

—Sé que no es ninguna película, has dormido en su habitación.

—¿Cómo...?

—Os vi llegar al hotel. Me da absolutamente igual lo que hagáis en vuestras habitaciones, pero que no llegue a nada más. Cada uno se entretiene como quiere, pero no puede ser nada más, ¿lo entiendes?

—Sí, señor.

Me gustaría decirle que no, que no lo entiendo. Que esta conversación ni si quiera debería de darse porque no le importa lo que yo haga mientras mi trabajo esté bien hecho pero... tiene razón. Una relación entre Pedri y yo es imposible, no tiene ningún tipo de sentido y creo que suficiente revuelo se ha causado con el vídeo. Ahora somos compañeros pero en unas semanas volveremos a ser rivales y... qué lío todo, joder.

No voy a mentir, en cuanto el mister me adelanta y baja por las escaleras, cojo el móvil en busca del vídeo para volver a verlo. No es que parezca que vaya a besarle, es que en verdad quería besarle y tuve que arrepentirme un segundo antes de estampar su boca con la mía.

En el ascensor tengo que volver a recordarme como se respira, la conversación me ha dejado en tensión y ahora ya no sé qué hacer... hace menos de doce horas tenía claro que lanzarme al vacío para estar con él era lo que más deseaba y estaba seguro de hacerlo pero ahora... si con ese vídeo ya está la cosa así, ¿si se filtrara algo de nuestra relación qué pasaría? Vuelvo a ver las imágenes y no puedo evitar sonreír al ver la cara de emoción que tiene y el sentimiento que me invadió en ese momento, al ver que me buscaba entre la gente para celebrarlo conmigo el primero.

Cuando llego al salón, evito buscarle y voy directamente a servirme del buffet. El estómago se me ha cerrado de pensar en qué pasaría pero debo afrontar la resaca con fuerzas, no sé dónde nos quieren llevar hoy... me siento en el primer hueco que encuentro libre, entre David y Nico.

—Por fin te vemos el pelo —dice este último dándome una palmada —la última vez que te vi te ibas con una chica al baño —me da un codazo y quiero que la tierra me trague en este momento.

—Prefiero no hablar de ello, tío —le miro dedicándole una sonrisa de cansancio.

Vuelvo mi mirada al plato porque no quiero buscarle, no quiero saber en qué parte de la habitación está. No quiero cruzarme con su mirada porque me dolerá el pecho, el mundo se me hará trizas y no podré decirle que esto es imposible. Que todo lo que le dije anoche era real pero, que por mucho que lo intente, no vamos a poder con ello.

Me armo de valentía y lo hago, busco entre todos mis compañeros donde está pero no le encuentro sentado y tampoco en el buffet.

—¿Habéis visto a Pedri? —me atrevo a preguntar.

—Se ha ido hace un rato, le dolía la lesión y quería descansar hasta que nos fuéramos.

¿Debería subir? ¿Espero a que vuelva? Tengo que hablar con él, eso está claro. Lo que no sé es cómo decírselo...

Amor de vestuario UNAI SIMON/PEDRIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora