Me despierto arropado por el abrazo de Pedri y no puedo evitar sonreír, su pecho queda pegado en mi espalda y las cosquillas de la tripa no desaparecen por mucho tiempo que pase. Aunque me despertara así todos los días, seguiría sintiéndolo tan especial como el primero.
Han pasado dos meses desde las declaraciones, ya estamos a finales de marzo y tengo el alta de mi fisioterapeuta.
El entrenador me llamó a hablar con él, me preguntó por lo sucedido y yo le conté como fueron las cosas, sin mencionar el nombre de Pedri. Me dio su apoyo, alegando que no era cosa del club esa conversación, pero prefiero no fiarme de nadie ahora mismo. Me han vuelto a llamar de titular, y creo que Jon tienen que ver en algo... Supongo que para evitar que digan que no le dejan jugar por mis "polémicas" palabras antes los periodistas. Polémico es él.
El tema parece que se ha olvidado en los medios, ya no se habla de ello y la sección deporte está pendiente de cómo avanza la liga. Quedan dos meses y medio para que termine y todavía no hay nada claro. Prácticamente los primeros puestos están igualados, el descenso es un caos sin resolver y los puestos de Champions, Europa League y Conference League siguen sin dueño.
Creo que desde hace mucho tiempo que no veía algo así.
Me doy la vuelta para quedarme con la vista en el techo, estiro mi brazo y rodeo a Pedri, que sigue todavía dormido, para que siga apoyado en mi pero ahora sobre mi pecho. Le doy un beso sobre el pelo y disfruto de este momento de calma, donde todo sigue girando pero nuestro tiempo sigue siendo propiedad privada y el resto no existe.
Hoy es mi primer partido de vuelta y toca en casa, en San Mamés, contra Osasuna. Tengo miedo, he estado entrenando pero me da miedo no estar a la altura, que me hayan dado el alta rápido o que me dejen volver de titular demasiado pronto solo por las polémicas... Respiro hondo y trato de sacar todas esas ideas de mi cabeza.
—Buenos días, rey.
—Buenos días, pollito —le respondo riéndome por la forma en la que se despereza.
Entiendo que este cansado, suele dormir mucho pero hoy con razón, llegó anoche bastante tarde porque cuando se pone cabezón no hay quien le saque una idea de la cabeza, e insistió en quedarse hoy para verme volver al campo. No sé si quiero que lo haga, pero a veces él sabe leerme incluso mejor que yo mismo.
—¿Has podido dormir?
—Contigo siempre.
—Irá genial, ya lo verás.
Me da un beso rápido en los labios y trata de levantarse, pero no se lo permito rodeándole con mis brazos y tirando de él de nuevo a la cama. Se ríe cuando cae de nuevo sobre mí y me mira de esa forma que me enamora cada día.
—Hay una cosa que me haría despertar contigo todavía mejor.
—¿Ah, sí? —asiento —. Cuéntame cómo es eso...
Lo susurra mientras su boca va directa a mi cuello y pierdo por completo la razón.
***
Una vez en el vestuario, todos mis compañeros me dan ánimos por mi vuelta y el entrenador vuelve a recordarme que confía en mí. Supongo que eso debería calmarme, pero solo me pone más nervioso.
En el túnel de vestuarios ocurre lo mismo, pero esta vez son los compañeros que juegan en Osasuna. Estoy tenso, lo sé y no puede ser bueno. Aunque, cuando mes botas tocan el césped, todo eso se disipa.
La ilusión que vuelve a recorrer mi cuerpo cuando nos colocamos, suenan los himnos y todo el estadio nos anima, hace que esas dudas desaparezcan. Supongo que esto es lo que contaba Pedri que sintió cuando volvió a jugar... El partido comienza y durante la primera parte hay pocas ocasiones, el rival no se acerca lo suficiente a portería. Mis compañeros en la defensa lo evitan.
En el descanso estoy bastante relajado, las pocas oportunidades que han tenido he logrado salvarlas y mi mano está perfectamente. Agradezco en silencio que Pedri haya respetado que no quería que bajara al vestuario en estos minutos. Lo dicho, sabe leerme a la perfección.
Los problemas llegan en la segunda parte, cuando una mano en nuestra área les da un penalti al que tengo que hacer frente. No estoy mentalmente preparado para esto, creía que tardaría varios partidos en ocurrir.
Trato de dejar la mente en blanco y ve centro únicamente en la pelota, los gritos de la afición se hacen cada vez más bajos en mi cabeza y me encuentro solo frente al balón. Ni si quiera sé quién lo está tirando, no tengo capacidad suficiente ahora mismo de fijarme en las caras o en los dorsales si quiera. En cuanto escucho el silbato del árbitro todo vuelve a hacerse grande y sigo el balón hasta el lateral derecho de la portería, evitando que entre.
En los veinte minutos de partido que quedan, el marcador sigue cero a cero, cosa que no es buena para sumar puntos en la clasificación, pero sí para mí. Saber que he parado lo que llegaba y el penalti... los nervios ya no existen.
Me cambio lo más rápido posible y me toca pasar por zona mixta antes de llegar hasta el coche.
—¿Cuáles han sido tus sensaciones ahora que has vuelto al campo?
—Bastante buenas, creía que me costaría coger el ritmo pero creo que ha sido bueno y, a pesar de que le resultado no ha sido una victoria, creo que un empate sin haber encajado un gol en contra es muy favorable para nosotros.
—¿Vas a hablar sobre tus polémicas declaraciones de hace unos meses? No has vuelto a hablar con la prensa...
—Creo que acabamos de terminar un buen partido y no es momento.
—¿Pero sigues sintiendo discriminado por tu orientación sexual por parte del club?
—No solo es un comentario por alguien que lleva este club, sino por gran parte de la sociedad y tal vez eso también deberíamos verlo, no solo escandalizarnos porque haya un micro delante.
—¿Pero es verdad que tu relación con...? —pregunta otro.
—Mi relación es privada, al igual que ha sido siempre toda mi vida que no tiene que ver con el fútbol. Y si no vamos a hablar de ello y vais a dar los titulares que queráis, prefiero que esta conversación se quede aquí.
—Se te ha relacionado con varios artistas e incluso compañeros de profesión —no tengo ni puta idea de que hablan —, ¿no dirás nada al respecto?
—¿Eres periodista de deportes o del corazón?
Me marcho sin esperar a que respondan nada ni vuelvan a preguntar, no tengo ganas de continuar con esta conversación. Estaba emocionado por volver, por haber conseguido terminar con la portería a cero y por el calor que he recibido de la afición. Me enfada que su preocupación sea si mi pareja es no sé quién... ¿acaso le preguntan a mis compañeros por sus mujeres? Lo dudo mucho.
—Mi portero favorito —dice Pedri cuando llego al coche y está esperándome apoyado en él.
Ni si quiera respondo cuando llego hasta él y le beso como si hubiéramos pasado meses separado, pero la verdad es que esta mañana nos despertamos juntos y todavía me parece un sueño. Mañana por la mañana tiene que volver para jugar el partido del domingo contra el Girona. Me encantaría estar con él, pero no he podido gestionarlo para estar ahí.
—¿Y esta pasión? —pregunta cuando nuestras bocas se separan.
—Te echaba de menos.
—Y estás enfadado por algo también.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque no me has dicho ni hola —se ríe —. Cuéntame, va.
—Te lo cuento en casa, quiero llegar pronto.
![](https://img.wattpad.com/cover/373141258-288-k58228.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Amor de vestuario UNAI SIMON/PEDRI
Fanfic"Cuando suena el silbato del árbitro por última vez no puedo creerlo..." Bienvenidas a un fanfic por un vídeo de 7 segundos. Fanfic UNAI SIMÓN/PEDRI - PEDRI/UNAI SIMÓN