Aparición sorpresa

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Elizabeth y Anthony permanecieron en la casa finalmente. Elizabeth se negó por completo a acompañarle a la residencia Bridgerton por su experiencia anterior, con la tensión del momento aún colgando en el aire. Se sentaron en el salón, intentando procesar lo que acababa de suceder.

—Gracias por quedarte conmigo —dijo Elizabeth en voz baja, rompiendo el silencio.

Anthony asintió, su mirada fija en la chimenea.

—No podía dejarte sola después de eso. Si no quieres volver a mi casa, lo entendería.

Elizabeth suspiró, sus pensamientos vagando por los recuerdos del pasado.

—Lady Charlotte me confió que el conde de Sheffield la ha manipulado y maltratado. No tenemos pruebas concretas, pero creo que es peligroso.

Elizabeth lo miró con preocupación.

—¿Y qué piensas hacer?

Anthony tomó su mano, su mirada seria.

—Voy a asegurarme de que el conde no te haga daño. Pero necesito que también tengas cuidado. No confíes en él.

Elizabeth asintió, sintiendo una mezcla de miedo y alivio.

—Voy a casarme con él, Anthony.

Anthony apretó su mano ligeramente, buscando darle consuelo.

—Alarga la boda hasta que te dé una respuesta, solo pido eso. No dejaré que te ocurra nada malo.

La lluvia seguía cayendo fuera, creando un ambiente melancólico y reflexivo. A pesar de los miedos y las incertidumbres, ambos encontraron consuelo en la compañía del otro, sabiendo que al menos, en ese momento, no estaban solos.

La noche continuó, y Elizabeth sintió la necesidad de romper el silencio.

—Anthony, ¿por qué sigues protegiéndome? Después de todo lo que ha pasado...

Anthony la miró, su expresión sincera.

—Porque siempre me has importado. Y aunque nuestras vidas han tomado caminos diferentes, no puedo simplemente ignorar lo que siento.

Elizabeth bajó la mirada, sus pensamientos en un torbellino de emociones. La conversación continuó, ambos sumidos en un silencio tenso. Elizabeth tomó un respiro profundo antes de hablar, su voz llena de emoción.

—Anthony, ¿sabes lo que realmente me dolió? —comenzó, mirando a los ojos de Anthony con una mezcla de tristeza y determinación— La noche que pasamos juntos fue especial para mí. Pensé que tal vez eso nos uniría más, que significaba algo para nosotros. Que cambiaría el destino. Pero a la mañana siguiente, te comportaste como si nada hubiera pasado. Fue como si esa noche no hubiera significado nada para ti.

Anthony intentó hablar, pero Elizabeth levantó una mano para detenerlo.

—Déjame terminar —continuó ella, con los ojos brillando por las lágrimas contenidas— Kate es una buena mujer. Ella merece todo tu esfuerzo y dedicación. Como alguien que te ha querido, te exijo que le des todo lo que tienes. Si realmente crees que podéis ser felices juntos, entonces lucha por ello. Pero también creo que tú y yo podemos seguir siendo amigos después de todo lo que hemos vivido. Creo que es lo más maduro que podemos hacer, no tenemos que odiarnos o seguir con este juego.

Anthony la miró, su expresión llena de conflicto y dolor. 

—¿Amigos? —preguntó con incredulidad y un toque de tristeza en su voz.

Elizabeth asintió con firmeza, aunque su corazón se rompía un poco más con cada palabra.

—¿Qué si no, Anthony? Seamos maduros. Lo nuestro ya acabó.

Los Bridgerton: Vidas pasadas (Anthony Bridgerton)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora