El apellido Bridgerton

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Julian terminó de revisar los reflejos de Elizabeth, retirándose un poco y sonriendo con alivio.

—Todo parece estar bien —dijo, guardando sus instrumentos— Si quieres, mañana puedo llevarte a algún lado, pero creo que sería mejor que pases la noche aquí bajo mi cuidado, claro, si estás de acuerdo.

Elizabeth asintió lentamente, aún procesando todo lo sucedido.

—No sé por qué, pero de cierta manera prefiero quedarme aquí todo el día de mañana. No estoy pasando por un buen momento y no sé cómo afrontarlo. Agradezco tu hospitalidad y no quiero ser una carga pero...

Julian se acercó, sentándose a su lado con una expresión comprensiva.

—Entiendo. A veces necesitamos tiempo y espacio para nosotros mismos. Si necesitas hablar, aquí estoy. Y quédate el tiempo que necesites.

Elizabeth suspiró, sintiendo un pequeño alivio al tener a alguien dispuesto a ayudarla, ajeno a la vorágine de su mundo.

—Gracias, Julian. La verdad es que todo esto ha sido demasiado. Siento que estoy en un limbo, sin saber a dónde ir ni qué hacer.

Julian asintió, compartiendo un poco de su propia historia.

—Todos pasamos por momentos difíciles, Elizabeth. Pero los superamos antes o después. De eso estoy seguro. 

Los dos comenzaron a compartir historias y experiencias, encontrando un inesperado consuelo en la compañía del otro. A medida que la noche avanzaba, una amistad incipiente comenzó a formarse, basada en el apoyo mutuo y la comprensión.

Por otro lado, en la casa de los Bridgerton, la preocupación por Elizabeth se sentía en cada rincón. Los miembros de la familia, excepto Benedict que estaba fuera, estaban reunidos en la sala, sus rostros tensos.

—¿Aún no hay noticias de Benedict? —preguntó Eloise, rompiendo el silencio.

Colin negó con la cabeza, su expresión sombría.

—No, todavía no ha regresado. Estoy seguro de que la encontrará.

De repente, la puerta se abrió y Kate apareció con unas maletas, su rostro decidido pero triste.

—Partiré al amanecer —anunció, atrayendo la atención de todos.

—¿A dónde vas? —preguntó Penelope, preocupada.

—Anthony y yo nos vamos a separar —dijo Kate, tratando de mantener la compostura— Quiero agradecerles haber sido una maravillosa familia para mí todo este tiempo. Me hace tan feliz haberos conocido y haber compartido momentos juntos...

Violet, visiblemente agobiada, se levantó rápidamente.

—¡Kate! No puede ser. ¿Por qué, querida?

Kate respiró hondo, tratando de mantener la calma. La sorpresa y la indignación se extendieron rápidamente entre los Bridgerton.

—¿Qué? —exclamó Eloise, su expresión llena de incredulidad— ¿Se van a separar?

Penélope se cubrió la boca con la mano, claramente conmocionada.

—Esto no puede estar pasando —murmuró Colin, negando con la cabeza.

Gregory, visiblemente afectado, se levantó y caminó hacia Kate.

—Kate, no puedes irte. Somos una familia.

Kate le sonrió tristemente, acariciando su mejilla.

—Siempre serás parte de mi familia, Gregory. Pero a veces, hay decisiones difíciles que debemos tomar por nuestro propio bienestar.

Los Bridgerton: Vidas pasadas (Anthony Bridgerton)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora