Elizabeth estaba de pie en el centro del salón, mientras Madame Delacroix ajustaba cuidadosamente el vestido. El conde observaba con admiración, su expresión embelesada por la visión de su futura esposa.
—Te ves preciosa, Elizabeth —dijo con ternura— Creo que la fecha definitiva debería ser en una semana y media, el día diecisiete.
Madame Delacroix frunció el ceño mientras intentaba cerrar el vestido. Apretó los labios, preocupada. Elizabeth notó que el vestido no le cerraba y buscó la mirada de Genevieve, quien le devolvió una mirada significativa. Su preocupación se hizo evidente: temía que Elizabeth realmente estuviera embarazada.
Elizabeth, consciente de la situación, mantuvo su expresión tranquila y continuó conversando con el conde.
—El diecisiete —repitió sin prestar atención, su voz calmada a pesar de la inquietud que sentía por dentro.
El conde sonrió, ajeno a la tensión que se cernía sobre Elizabeth y Madame Delacroix.
—Estoy tan emocionado por nuestro futuro juntos.
Elizabeth forzó una sonrisa, tratando de mantener la compostura. La preocupación por el vestido, la posibilidad de estar embarazada y la confusión sobre sus sentimientos por Anthony se mezclaban en su mente, creando una tormenta de emociones.
—Sí, milord —respondió Elizabeth, su voz temblando ligeramente mientras intentaba mantener la calma.
Madame Delacroix, consciente de la gravedad de la situación, decidió intervenir con suavidad.
—Elizabeth, querida, parece que necesitamos hacer algunos ajustes en el vestido. Quizás deberíamos tomarnos un momento para ver cómo podemos solucionarlo —sugirió, su tono lleno de amabilidad pero con un trasfondo de urgencia.
El conde asintió, sin sospechar nada.
—Por supuesto, lo que sea necesario para que todo sea perfecto.
Elizabeth se dirigió a Madame Delacroix, sintiendo que su corazón latía con fuerza en su pecho.
—Gracias, Gen. Vamos a ver esos ajustes.
Mientras se dirigían a un área más privada, Elizabeth sintió que la realidad de su situación se hacía cada vez más pesada. Necesitaba tiempo para pensar, para decidir qué hacer con la nueva información que había recibido ahora que la boda estaba cada vez más cerca. Pero por ahora, tenía que enfrentar un desafío a la vez, comenzando con la prueba del vestido y las posibles implicaciones de su estado.
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Lady Danbury llegó a la casa de Anthony con una mezcla de determinación y preocupación en su semblante. Entró en su despacho sin esperar a ser anunciada, su bastón resonando con cada paso sobre el suelo de madera.
—¿A quién busca, Lady Danbury? —preguntó Anthony, levantando la vista de los papeles en su escritorio.
—A ti, Anthony —respondió ella con firmeza, cerrando la puerta tras de sí.
Anthony se levantó de su asiento, percibiendo la seriedad en los ojos de Lady Danbury. El silencio entre ellos era denso, cargado de emociones contenidas.
—¿Qué sucede? —preguntó, tratando de mantener la compostura.
—Acabo de enterarme de que Kate se ha ido para siempre —comenzó ella, su voz temblando ligeramente por la indignación— Era una buena mujer, Anthony. No sé si has tomado una buena decisión, y reza para que Lady Whistledown tarde en escribir sobre ello, porque será un escándalo social.
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Los Bridgerton: Vidas pasadas (Anthony Bridgerton)
FanficLa vuelta a Londres de Elizabeth, un viejo amor, trastoca profundamente el mundo de Anthony Bridgerton. Ante su regreso, Anthony se encuentra dividido entre sus responsabilidades familiares como esposo y vizconde y los sentimientos entrelazados con...