N.A: ¡Muchísimas gracias por llegar hasta aquí! Tengo otras historias en marcha por si queréis echar un vistazo. De veras, siento muchísima gratitud por todas las visitas, comentarios y corazones a este relato. ¡Nos leemos más abajo!
El sol se estaba poniendo en el horizonte, bañando el jardín de la residencia Bridgerton con una luz dorada y cálida. El aire estaba lleno del aroma de las flores en pleno esplendor y del bullicio alegre de una celebración. Los niños corrían por el jardín, jugando entre las decoraciones festivas que colgaban de los árboles y adornaban la mesa principal, llena de pasteles, golosinas y manjares. Elizabeth, radiante en un vestido azul claro que acentuaba su elegancia, estaba rodeada de amigos y familiares. Anthony, con su sonrisa orgullosa, observaba a su hijo jugar. La similitud entre padre e hijo era asombrosa: William tenía los mismos ojos oscuros y el cabello castaño que Anthony, y su parecido físico era un testimonio conmovedor de su vínculo.
Daphne y Simon, con sus propios hijos, estaban presentes. Los pequeños corrían alrededor de la piñata de colores, riendo y gritando con entusiasmo. Lady Danbury, siempre una presencia carismática y encantadora, observaba la escena con satisfacción, disfrutando del ambiente festivo.
—¡Mira a William! —dijo Lady Danbury con una sonrisa—Es un auténtico Bridgerton, igualito a Anthony.
Elizabeth, que estaba conversando con Daphne, le respondió:
—No puedo creer cuánto ha crecido. Parece que fue ayer cuando estábamos esperando su llegada. Y ahora, mira cómo corre y juega con sus primos.
Daphne asintió con comprensión.
—Es increíble cómo el tiempo pasa tan rápido. Y ver a tus hijos crecer y convertirse en individuos únicos es uno de los mayores regalos de la vida.
Mientras tanto, Benedict y Eloise se unían a la diversión, participando en una animada competencia de juegos con los niños. Benedict hacía su mejor esfuerzo por imitar a un payaso, haciendo reír a todos, mientras Eloise organizaba una carrera de sacos con los pequeños.
—¡Vamos! ¡No dejéis que una vieja os gane! —gritó Benedict con entusiasmo, y los niños estallaron en risas mientras corrían con las bolsas.
Eloise se acercó a Elizabeth con una expresión de cariño y preocupación.
—Te voy a echar mucho de menos, Elizabeth —dijo Eloise, abrazando a su amiga con ternura—. Pero estoy segura de que triunfarás en París. Eres increíblemente talentosa y te mereces este éxito.
Elizabeth sonrió a través de sus lágrimas.
—Gracias, Eloise. No sé qué haría sin ti y sin el apoyo de todos. Pero tengo que seguir adelante... amo a tu hermano y mi familia pero esto también es mi sueño, y debo cumplirlo.
El carruaje se había preparado para la partida, y el momento de la despedida se acercaba. Elizabeth, con la voz quebrada por la emoción, se despidió de los niños con ternura, abrazando a William y sus otros pequeños sobrinos.
—William, te voy a echar mucho de menos. Te escribiré cada semana, ¿de acuerdo? —dijo Elizabeth, abrazando a su hijo con una mezcla de tristeza y amor—. Cuida de papá, y sé el niño maravilloso que eres.
William, con los ojos llenos de lágrimas, la abrazó fuerte.
—Te quiero, mamá. No quiero que te vayas.
Anthony se acercó, y Elizabeth le tomó la mano, mirándolo con amor eterno.
—Anthony, prometo que te esperaré siempre. No importa cuánto tiempo pase, nuestro amor es más fuerte que cualquier distancia.
Anthony, con una expresión de amor profundo, asintió.
—Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, Elizabeth. Nada se interpondrá entre nosotros, te lo juro. Demuestra en París lo mucho que vales.
De repente, una figura elegante apareció en la entrada del jardín. Era Sofía, la hermana de Elizabeth, vestida con un sombrero oscuro y un vestido que resaltaba su belleza. Sofía avanzó con una presencia imponente, y Anthony, que había estado observando, se quedó sorprendido por la llegada de la mujer.
Elizabeth se giró una última vez desde el carruaje, y llamó a Sofía con una sonrisa.
—Anthony, te presento a mi hermana, Sofía. Ella se quedará con vosotros mientras yo esté fuera.
Sofía se acercó a Anthony con una mirada segura y un aire de desafío.
—Lord Bridgerton, es un placer conocerle —dijo Sofía con una sonrisa fría—. Me aseguraré de que todo esté en orden mientras mi hermana esté ausente.
Anthony, aún atónito por la belleza y la presencia de Sofía, respondió cortésmente.
—El placer es mío, señorita Moon. Estoy agradecido por su ayuda.
Sofía lo miró fijamente, su expresión cambiando de cortesía a algo más grave una vez que Elizabeth partió.
—Las cosas aquí van a empezar a cambiar, Lord Bridgerton. Espero que esté preparado para lo que viene.
Anthony, confundido, frunció el ceño.
—¿A qué se refiere?
Sofía, con una mirada dura, respondió:
—No me fío de usted. Primero intentó casarse con Edwina, luego terminó con su hermana Kate... y, por último, consiguió una nulidad matrimonial para una segunda boda con Lisa. No puedo evitar tener mis dudas sobre sus intenciones.
Anthony, atónito, se quedó sin palabras.
—Comprendo sus reservas, señorita Moon. Pero le aseguro que ya no soy el hombre que era antes.
Sofía, con una sonrisa enigmática, respondió:
—Eso espero. Aunque, debo admitir, que mi confianza se ha visto sacudida. Las promesas de cambio son solo eso: promesas. Quiero ver cómo actúa para demostrarme que ha cambiado.
Sofía se volvió hacia los invitados y, con una autoridad inesperada, dijo:
—La fiesta ha acabado. William, deberías irte a la cama. Anthony, a tus aposentos.
Un murmullo de sorpresa recorrió a los presentes. Violet se giró hacia Lady Danbury con una expresión de inquietud.
—Me atemoriza esta joven, Agatha... —comentó Violet en un susurro, su preocupación evidente—. Es como si estuviera dispuesta a tomar el control de todo.
Lady Danbury asintió, su mirada aún fija en Sofía.
—Sí, parece que la llegada de Sofía traerá cambios. Me pregunto qué más nos tiene reservado.
Mientras los invitados empezaban a marcharse, uno de ellos se acercó a Sofía con una sonrisa amistosa.
—Sofía, me alegro de verte. No has cambiado nada.
Sofía se giró lentamente, su rostro mostrando un atisbo de reconocimiento al escuchar la voz de él. Sus ojos se encontraron, y un destello de sorpresa y emoción cruzó su rostro. La tensión entre ellos era palpable.
—Simon... —murmuró Sofía, la sorpresa y la tensión en su voz evidentes.
La revelación de que Sofía y Simon se conocían del pasado dejó a todos en el jardín con una sensación de asombro y desconcierto. La despedida de Elizabeth había dado paso a un nuevo y complicado capítulo, lleno de secretos y desafíos por descubrir.
Anthony observó la interacción con creciente preocupación. La tensión en el aire era innegable, y el futuro de la familia Bridgerton parecía más incierto que nunca.
Con el eco de las palabras de Sofía y la intriga de la conexión entre ella y Simon, el futuro de la familia Bridgerton se llenó de nuevas promesas y misterios por resolver. La partida de Elizabeth había sido solo el comienzo de una serie de eventos que cambiarían el curso de sus vidas para siempre. Pero Anthony y Elizabeth volverían a verse, más pronto que tarde, y serían felices para siempre.
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Los Bridgerton: Vidas pasadas (Anthony Bridgerton)
FanfictionLa vuelta a Londres de Elizabeth, un viejo amor, trastoca profundamente el mundo de Anthony Bridgerton. Ante su regreso, Anthony se encuentra dividido entre sus responsabilidades familiares como esposo y vizconde y los sentimientos entrelazados con...