|CAPÍTULO 8|

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Entrecierro los ojos leyendo un determinado párrafo en la pantalla de la laptop. A pesar de llevar lentes de lectura mis ojos sienten el cansancio. Nos reunimos con SunTae en el parque el sábado por la mañana para consultarnos sobre el proyecto en común que compartimos. Ninguno tenía mucho que hacer más que adelantar trabajos pendientes y terminó por quedarse. Llevamos un par de horas, hay una considerable cantidad de gente por los alrededores, más que nada los que tienen clases. Yo podría estar en casa con mi familia, pero este día en particular no me apetece aparecer por allá, por eso tengo el teléfono en silencio.

Veo a SunTae casi acribillar a su celular, al parecer contesta mensajes. Suena, corta, escribe otro poco y luego lanza el aparato causando un sonido seco sobre la mesa. Resopla frustrada llevando ambas manos a su cabeza. Está semana tiene uñas cuadradas de color rosa pastel. Peina sus cabellos hacia atrás lo enreda con un lápiz para formar un rodete bajo. Impresionante táctica.

—¿Estás bien? Te ves pálida.

—Sí, no es nada.

Tenemos suerte que la mesa que escogimos este debajo de un enorme árbol que da una fresca sombra con este horrible calor. Se supone que pronto entramos en el otoño pero aún seguimos con altas temperaturas. Ella bebe agua, noto que tiene una capa muy fina de sudor en la frente, está más pálida que hace cinco segundos atrás.

—SunTae, en serio, ¿estás bien?

Comienza a buscar algo en el interior de su mochila respondiendo con total fastidio.

—Ya te dije que sí, JungKook.

Saca una cartuchera pequeña color azul oscuro. Se levanta un poco tambaleante y se pierde hacia el interior del edificio. Niego, ni como ayudarla, lo más seguro es que me mande a la mierda. Espero se le pase sea lo que sea. Bebo agua también, debo recargar la botella que siempre llevo conmigo. Me tomo un pequeño break contestando algunos mensajes. El celular de SunTae sobre la mesa suena, ella aún no vendrá supongo. Se corta y vuelve a sonar con más insistencia. Mi curiosidad va en aumento entonces después de cavilarlo segundos volteo el aparato leyendo el nombre en la pantalla.

Nunu” la imagen de fondo es Cha abrazando a su novia por la espalda. Parece esas fotos profesionales bien aesthetic que encuentras en Pinterest.

No sé porqué, no me lo pregunten. Decido tomarme el atrevimiento de acabar con lo que creo inicio el mal humor de mi amorosa compañera apagando su teléfono. No lo pienso en ese instante. Tampoco en si habrá consecuencias después —espero que no—, solo que me molesta a mí verla tan desconcentrada. Vuelve minutos más tarde y yo sigo en lo mío. Continua viéndose pálida, guarda aquel estuche tomando asiento, mis ojos automáticamente se dirigen a su dedo índice que sangra un poco.

—SunTae.

No me responde, de otro estuche pequeño color rosa metalizado saca una bandita de Hello Kitty y se la coloca alrededor. Guarda todo cerrando la mochila y se acomoda para mirarme con una leve sonrisa como si nada hubiera pasado.

—¿En qué estábamos?

Cuando estoy por hablarle la pantalla de mi teléfono titila con una llamada de mi madre, observo también la notificación con el último mensaje que no abrí. Corto sin pensarlo mucho. Ya después lidiare con sus sermones.

—En que deberíamos salir a respirar. —me mira confundida. Me levanto recogiendo mis cosas—. Anda, tengo una mejor idea. Salgamos de aquí.

No está del todo convencida, igual me sigue.

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