𝘾𝙐𝙀𝙎𝙏𝙄𝙊𝙉 𝘿𝙀 𝙋𝙀𝙎𝙊

|CAPÍTULO 19|

“Cuando la tristeza te deje roto en tu cama, te sostendré en lo más profundo de tu desesperación”.
In the name of love - Martin Garrix feat. Bebe Rexha.
•••

Nunca había dormido tan cómodamente en una cama como en esta ocasión. Las sábanas son suaves, la mullida almohada que abrazo también. Me dio buen soporte toda la noche y pretendo seguir sin preocuparme de la hora. Entonces como si la vida me dijera: “Oh no, tú no dormirás lo necesario”, en medio de la oscuridad de la habitación por las cortinas cerradas evitando la entrada de la luz exterior, la puerta se abre permitiendo el paso de un imparable vendaval de nombre Kim SunTae. Aun adormilado escucho como enciende la lámpara de la mesa a mi costado ocasionando que toda la luz amarilla me dé en el rostro. Luego, el accionar de las cortinas automáticas subiendo y a ella sacudiendo de forma brusca uno de mis pies.

—¡Ya, despierta!

Atontado, con los párpados a medio abrir por la molestia que toda la iluminación a centímetros me causa me remuevo, mi mano tantea debajo de la almohada encontrando mi teléfono para revisar la hora en la pantalla.

La mataré.

—Son las siete de la maldita mañana, SunTae. —le gruño— ¿Qué diablos pretendes?

Me acomodo de nuevo descansando la cabeza contra la almohada. Ella como la insoportable testaruda que es, intenta arrancarme el edredón azul marino, yo hago fuerza contraria. Son minutos hasta que cedo colocándome boca arriba sin abrir los ojos. Resoplo.

—Que hoy tengamos un día muy ocupado, —dice optimista— ¿por qué? Porque si decidiste venir hasta aquí para ser mi niñero pues que valga la pena.

Mis ojos automáticamente se abren. Está parada a un costado de la cama. Lleva ropa deportiva de un color neón, no estoy seguro si es rosa o naranja. Me levanto un poco sosteniendo parte de mi peso con los codos.

—Yo no… —su expresión seria me permite saber que no se va tragar una negación. Entonces recuerdo que anoche estaba tan cansado que solo tome un baño y me acosté, así nomás— Esta bien, pero necesito privacidad, debajo de las sabanas no estoy presentable.

—Ya lo sé, duermes en ropa interior —frunzo el ceño. No lo decía por eso sino porque no tengo… Espera, ¿qué?— Ara me lo dijo. —rueda los ojos— Ni que tuvieras la gran cosa.

A este paso mi masculinidad y ego se sienten un poco heridos.

—¿Quieres ver la gran cosa debajo de esto? —empuño parte de las mantas en un intento por remover todo lo que me cubre y ella abriendo su boca y ojos, impactada da media vuelta hacia a la puerta.

—No gracias, no quiero traumarme con nimiedades.

—Este trauma es bastante —enfatizó— bueno.

Vuelve, toma un almohadón tirado en el suelo y me golpea unas dos veces antes de lanzarmelo encima. Me río de su reacción exagerada.

—¡Eres un cochino descarado!

Se va cerrando la puerta. Ceso la sonrisa y rápidamente levanto todo lo que me cubre, suspiro admirando la erección matutina que de a poco baja. Con pereza me levanto, la mochila que traje con algo de ropa descansa en la silla de un rincón. Busco algo cómodo acorde para el fresco otoño y comienzo a vestirme. Paso al baño primero y cuando voy a la cocina, SunTae parece servir el desayuno de ambos.

Hay algo de música a volumen moderado saliendo de un pequeño parlante redondo sobre la isla. El aroma a café recién hecho está en el aire y un plato con abundante comida espera por mí.