Capítulo 18

1K 127 0
                                    

Becky's POV

Estaba increíblemente frustrada, el cierre del vestido que compré esta tarde con Orm se había atascado; halé con fuerza una última vez provocando que se escuchara un fuerte sonido para por fin darme cuenta de que se había roto. Quité el cabello de mi frente molesta, ¿qué haría ahora? Orm me mataría al enterarse que lo había dañado, pero no era mi culpa, cuando me lo probé me quedaba genial, y ella lo había aprobado, pero al parecer no quería ceder esta noche.

Por suerte mi rubia amiga tomó un vuelo de regreso a Phuket hace dos horas, así que no vería el desastre que soy ahora.

Me pegué una palmada en la frente, gritando para llamar la atención de Marissa que estaba en algún otro sitio de la casa.

Marissa entró a la habitación mirándome con el ceño fruncido.

— ¿Todo bien? —preguntó.

No puedo hacer nada más que negar haciendo puchero y sentándome en la orilla de la cama, furiosa.

—El vestido que compré se rompió. —murmuré.

Tenía la cara roja, estaba completamente frustrada.

—Te puedo prestar uno... tengo uno que es algo grande para mí, pero puede ser perfecto para ti —dijo Marissa, sonriéndome.

Acepté y ella salió de la habitación. Regresó a los segundos, con un hermoso vestido negro con aperturas a los lados y en la espalda. Era suelto de la cintura para abajo, pero podría ajustarse a mi cuerpo por el torso.

— ¿Dónde lo conseguiste? —pregunté, pues no recordaba habérselo comprado. Además, conocía el guardarropa de mi hija.

—Pues... digamos que las chicas se alocaron un poco esta tarde. —respondió.

Sonreí y acepté el vestido, no tenía alguna otra opción, por más inapropiado que me pareciera tendría que usarlo. Además, yo seguía siendo una mujer joven, y realmente no tenía nada mejor en mi guardarropa por ahora, pues no pensaba ser invitada tan pronto a una cena, y en su mayoría tenía ropa formal para el trabajo, demasiado formal.

Me metí al pequeño cuarto del baño para ponérmelo, a comparación del otro, este subió fácilmente.

No tenía cierre, así que en menos de cinco minutos estuve lista.

Volteé mirándome en el espejo frente a mí.

Me veía linda. Me encantaba verme hermosa... en la secundaria siempre me molestaban por cómo me vestía, ahora los mismos idiotas que me molestaban, me alagaban al verme. Jamás me vestiría linda y usaría un vestido incómodo solo para agradar a los demás, siempre será para mí y para nadie más... a excepción de la linda chica de ojos cafés.

—Freen. —susurré, ahora sabía su nombre y se sentía tan bien decirlo. Quería volver a verla.

Solté mi cabello, dejando caer los rizos de un lado. Finalmente salí, el ruido de la puerta hizo a Marissa bajar el teléfono y ahora me miraba con la boca abierta haciendo una seña con las manos, aprobando el atuendo.

—Dios, mamá. Te vez excelente, la mamá más sexy. —Bromeó, haciéndome sonrojar por el cumplido.

— ¿Ya estás lista? —Pregunté, tomando las cosas y metiéndolas a mi bolsa de mano. Me senté en la cama colocándome las zapatillas de tacón alto.

—Sip, hora de irnos. —dijo, saliendo de la habitación y dándome tiempo. Me quedé sentada, observando el papel que Freen me había dado esta mañana.

Su caligrafía era perfecta, eran sólo números, pero eran perfectos. La pregunta aquí era, ahora que tengo su número ¿la llamaré?

Metí de nuevo el papel en el bolso, y salí de mi habitación para reunirme con Marissa en la parte baja.

La madre de mi mejor amiga | FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora