Becky's POV
No había podido dormir en toda la noche, pensando en la cena. Sarocha Chankimha, Freen, la hija de mi vecina Kanya, y quien se había convertido en la mejor amiga de mi hija, resulto ser la misma Freen del aeropuerto, mi fan, la chica que había logrado confundirme en poco tiempo, y que había logrado crear en mí, sentimientos inexplicables.
Como todas las mañanas, y sin importar el día que fuera, Marissa se levantó enérgica y más que feliz, pues iríamos a casa de los Chankimha para una barbacoa a petición de Kanya, y como siempre, no pude negarme.
Debía aprender a decir que no, definitivamente.
—Mamá ¿Qué tal este? —me pregunto Marissa, mostrándome un nuevo conjunto de traje de baño que había comprado con sus amigas el día anterior.
—Ese se ve genial. —sonreí. Estaba completamente nerviosa por lo que podría ocurrir este día.
—Bien, iré a ponérmelo... ¿Qué preparas? —preguntó interesada.
—Una torta de leche... la llevaré para el postre. —respondí, continuando con mi trabajo.
— ¡Delicioso!... Me encantan tus postres, ma'. Estaré en mi habitación...
—Claro, cariño. —me despedí y ella rápidamente corrió escaleras arriba.
En menos de una hora, tenía listo el postre que llevaría y a Marissa colgando de mi brazo, preguntándome a cada momento que usaría. Estaba completamente nerviosa, y no pensaba en meterme a la piscina, por lo cual descarté el traje de baño. Estábamos en invierno y aunque fuera climatizada, andar con poca ropa frente a aquellas personas, me causaba una terrible ansiedad.
Lo sé, tenía claro lo joven que aún era y que mi cuerpo no estaba mal. De hecho, mis amigas no paraban de molestarme cada vez que íbamos a la playa o pasábamos una tarde en la piscina de mi casa, decían que, con los años, mi cuerpo se había moldeado a la perfección y no parecía de más de veintidós años. Pero el caso era que Freen estaría ahí, obvio que lo estaría, y me vería.
Definitivamente no estaba preparada para eso.
Finalmente, estaban los señores Chankimha, ellos eran siquiera unos quince años mayor que yo, y no encontraba adecuado el pasearme con poca ropa frente a ellos. Si bien seguía siendo joven, mi momento ya había pasado, este era el momento de mi hija, y dejaría que ella lo disfrute al máximo, mientras yo socializaba con los adultos que estarían en la barbacoa –que no serían más que los Señores Chankimha–, aunque Marissa había mencionado algo sobre las madres de sus demás amigas, supongo que tal vez estarían presentes también.
— ¿Lista mamá? —preguntó Marissa, apareciendo en la puerta de mi habitación.
—Lista, cariño. —asentí.
Ambas salimos de la casa, llevando las cosas necesarias. No tardamos casi nada en llegar, pues vivíamos relativamente cerca.
Al tocar el timbre de la casa, en menos de un segundo, nos recibió Freen, con una enorme sonrisa.
Podía apostar a que nos estaba esperando, o más bien, me estaba esperando.
—Hey, hola. —saludó, dándole un abrazo a Marissa, quien rápidamente entró en la casa. —Becky, hola. —me sonrió dulcemente.
Ese simple gesto provoco en mi interior un remolino de emociones, algo que jamás había sentido.
Cuando era joven, soñaba con encontrar a mí 'príncipe azul' y tener de esos finales de cuentos de hadas, pero pronto mi sueño se desvaneció. Yo no fui alguien que se dio a notar en la secundaria, a menos no hasta que quedé embarazada, y ciertamente, en esos tiempos, me describía como alguien sin gracia, yo era la nerd del instituto y nadie se fijaba en mí.
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La madre de mi mejor amiga | FreenBecky
RomantizmAun no entiendo que me sucede, aun no sé cómo he llegado a esto, pero aquí estoy, pensando en ella. Ella, la mejor amiga de mi hija. Esta historia solo es una adaptación.