Becky's POV
La tarde en casa de los Chankimha había sido excepcional, las miradas entre Freen y yo no habían parado, podía sentir como me desnudaba con la mirada. Ella me deseaba de la misma manera que yo a ella.
Ya lo había aceptado, me había enamorado de una chica, pero ese no era el problema... el problema era que le llevaba quince años. Esto era una locura, esto no podía ser.
Pero no podía luchar contra mis impulsos, definitivamente ella creaba demasiadas sensaciones que me abrumaban y me imposibilitaba pensar como la mujer adulta que era.
Ahora, Marissa y yo estábamos exhaustas, al día siguiente tenía trabajo, y ella clases, así que apenas entramos a casa, ella y yo nos despedimos con un beso y un abrazo de buenas noches, y nos encerramos cada una en nuestras habitaciones.
Me había encerrado en mi baño, relajándome en la tina mientras pensaba en lo que había sucedido en estas semanas, sobre todo en las sensaciones que me abrumaban desde que Freen había aparecido en mi vida.
Quería dejar de pensar en todo eso, quería dejar de pensar en ella, pero sabía que no sería sencillo, o al menos lo creía... jamás había pasado por esto.
Esa noche, no pude dormir, pensando en si sería correcto escribirle a Freen para que así ella tuviera mi número... pero enseguida descartaba la sola idea. No debía avanzar más, estaba jugando con fuego y tarde o temprano me iba a quemar.
Cuando mi alarma sonó, yo había podido dormir tan solo una hora. Rápidamente busqué la ropa que usaría ese día en mi closet, una vez estuvo listo mi atuendo, lo dejé sobre mi cama y me metí en mi baño para asearme.
Media hora después, me encontraba en la cocina preparando mi desayuno y el de Marissa, quien no tardó en llegar. Como siempre, y sin importar lo hora que fuera, mi hija se encontraba con muchas energías para empezar su día.
—Buenos días, mamá. —saludó sonriente.
Tuve que fingir una pequeña sonrisa, pues no me encontraba nada feliz de empezar esa semana.
—Buenos días, cariño. Siéntate, ya te pongo tu comida. —le respondí, tratando de que no notara mi bajo ánimo.
Pero claramente, no lo logré. Marissa me conocía bastante bien y sabía que no me encontraba para nada bien. Agradecía que el día anterior, ella estuvo demasiado ocupada para darse cuenta de las miradas entre su amiga y yo.
—Está bien. —asintió.
Después del desayuno, llevé rápidamente a Marissa a su escuela. Cuando mi hija bajó, pude notar a su grupo de amigas reunidas unos metros más adelante. Freen estaba ahí.
Los ojos cafes se clavaron en los míos, haciéndome estremecer. No dejamos de vernos hasta que decidí que era momento de dirigirme a mi trabajo. Lentamente salí del estacionamiento de la escuela, para establecerme en la autopista, y dirigirme a mi destino.
El trabajo fue abrumador ese día, y mis pensamientos seguían en los ojos de aquella chica, escaneándome por completo y desnudándome con la mirada cada vez que podía.
Llegué a mi casa a las cinco de la tarde, por suerte no hubo mucho tráfico y logré llegar en un tiempo récord.
Marissa ya estaba en casa, encerrada en su habitación, haciendo sus deberes.
A penas llegué, me fui directamente a mi despacho, aunque amaba cocinar para mi hija, había decidido que pediría algo de chino. Necesitaba continuar con la redacción del guion, y si bien aún tenía mucho tiempo para entregarlo, varias ideas habían surgido en mi cabeza. Ciertamente, en las películas no se cuenta toda la historia que se narra en los libros, lo que significa que debemos adaptarlo adecuadamente para que exista un balance en el tiempo que se presentará en la pantalla, y yo intentaba que se pudiera abarcar la mayor parte posible del libro y que los espectadores no se perdieran de mucho.
Lo primero que hice fue releer lo que tenía hasta el momento y continuar. Estuve aproximadamente dos horas en ello, hasta que Marissa apareció en mi despacho y acarició su estómago. Fue entonces cuando me di cuenta, que yo también moría de hambre.
—Pediremos sushi, o lo que sea cielo. Estoy trabajando en la redacción del guion. —me excusé.
—Está bien, yo haré el pedido. —me sonrió, saliendo del despecho.
Media hora después la cena había llegado y ambas nos encontrábamos cenando y disfrutando de nuestra conversación. Marissa me contaba lo bien que le iban las clases y que en la tarde había hablado con Oli por video chat mientras él estaba en la oficina. Para suerte de ella, su pequeño hermano Jake estaba ahí, lo que hizo que la plática se extendiera por mucho tiempo.
—Yo recojo mamá, debes estar cansada. —dijo Marissa, una vez terminamos de cenar.
—Gracias cariño. —le sonreí. —Iré a ducharme y continuaré mi trabajo.
—Ma' sé que no dormiste anoche, por favor, dúchate y descansa. —pidió, mirándome seriamente.
Sonreí, que tan bien me conocía mi hija.
—Está bien, iré a guardar el archivo para no perderlo. —acepté, acercándome a ella y dejando un beso en su cabeza.
—Descansa mamá.
—Tú también cariño.
Tras guardar los archivos y apagar mi portátil, me dirigí a mi habitación y tomé una relajante ducha.
Esa noche las dudas no asaltaron mi cabeza, estaba demasiado cansada para ponerme a pensar en la batalla contra mis sentimientos y simplemente me dejé llevar por el sueño apenas toqué mis sábanas.
Freen's POV
Era realmente difícil estar tan cerca de ella y no poder hacer nada. Estuve a punto de escabullirme a su habitación e intentar hablar con ella, ya que, al parecer, ella no tenía la intención de llamarme, sin embargo, descartaba esa idea. Quizás todo estaba en mi cabeza y ella simplemente me veía como una adolescente de dieciséis años más, como la mejor amiga de su hija, mientras yo no podía parar de pensar en ella y en lo bien que se sentiría besarla.
Suspiré mientras observaba mi celular, eran las once de la noche y nada, ella no me llamaba. Dejé de mirar por la ventana y descarté nuevamente mi idea de escabullirme a su habitación. Apagué la luz y me acosté en mi cama, sintiendo mi corazón romperse.
Sin embargo, me lo había propuesto a mí misma, y es que Becky sería mía, sin importar lo que me tarde.
ESTÁS LEYENDO
La madre de mi mejor amiga | FreenBecky
RomantizmAun no entiendo que me sucede, aun no sé cómo he llegado a esto, pero aquí estoy, pensando en ella. Ella, la mejor amiga de mi hija. Esta historia solo es una adaptación.