Capítulo 5

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Ost: 

El ángel prisionero, estaba totalmente descompuesto. Se hallaba al borde de la muerte. Encontramos varias cicatrices desastrosas que cubrían gran parte de su cuerpo. Por suerte, el respetado oráculo del averno, Nostradamus, logró salvarlo. Nostradamus no estaba dispuesto a ayudarnos, pero gracias a las constantes suplicas de Haruki, accedió. Orion, propuso encerrarlo en nuestro salón de practicas mientras recobraba su consciencia. Para asegurarnos de que para cuando despertara, no tratara de escapar, nos distribuimos distintos horarios para hacer vigilancia.

El ángel parecía no despertar nunca. Ya había transcurrido un día entero, pero el parecía sumido en un sueño profundo. En aquel momento, me hallaba de vigilancia y observé detenidamente a nuestro prisionero. Se veía frágil y pálido. Al ver las cicatrices, con delicadeza, tomé unas vendas y comencé a curarlo. Las heridas se veían profundas y dolorosas. El ángel se estremeció cuando lo toqué en la cicatriz de la espalda. Abrió los ojos en seguida, sorprendiéndome. Me quedé quieta y el me observó con sus profundos ojos.

-¿Quién eres?-Preguntó con cierto nerviosismo. Sus ojos estaban llenos de temor y sus manos estaban temblando-.

-Mi nombre es Ost-Respondí con voz dura- Caballero Femenino Aten-.

El ángel se alejó de mi con sobresalto.

-¿Estamos en el averno?-Su voz se escuchaba quebradiza-.

-Si...pero no pretendemos hacerte daño-Expliqué para que se tranquilizara-.

-Mientes...-Balbuceó-Soy un ángel y ustedes son demonios...lo único que quieren hacerme es daño...¿Por qué no me matan de una maldita vez?-El ángel se acurrucó, cubriendo sus ojos-.

Me preguntaba que torturas lo habían llevado a tal estado. Aquel ángel lucía atemorizado y desfallecido. Dudaba si aquel trastornado ángel nos podía ayudar en el Eclipsim. Pero lo decidí. Iba a confiar en él. Me acerqué despacio.Con cuidado, tomé sus esqueléticas manos y lo miré a sus ojos húmedos. 

-No soy un demonio-Aclaré. La compasión se apodero de mí- Te necesitamos-Susurré- No te haremos daño. No prometo que va a todo va a estar bien, pero si prometo que no te vamos a abandonar-.

-Una vez, una persona me prometió eso y resultó ser la persona más mentirosa-Dijo molesto-.

-No sé quien habrá sido aquella persona tan inmadura que no cumple promesas, pero nosotros no somos esa clase de personas-Cerca de allí, había un pequeño trozo de cristal filoso. Realicé un fino corte en mi dedo indice y se lo mostré-.

-¿Es enserio?-Preguntó sorprendido-.

Asentí y le ofrecí el trozo de cristal. El ángel dudó por unos instantes, pero finalmente, lo tomó e hizo una cortadura en su dedo índice. Hicimos una promesa de sangre. Una promesa que no estaba dispuesta a romperla. Necesitábamos a aquel ángel, pues conocía a nuestro enemigo a la perfección y eso nos daría una gran ventaja sobre el enemigo. No lo dejaría ir. 

Nostradamus:

-Has mejorado bastante-Elogié a Haruki. Sus avances me sorprendían cada vez más- Te has vuelto mas cercano a tus Caballeros Aten y manejas nuevas técnicas que son poderosas-.

-Si-Aceptó orgulloso- También sé manejar el libro y el báculo, sin embargo...-.

- ¿Sin embargo qué?-Escribí preocupado-.

-Tengo una duda...-Haruki bajó la mirada y se puso nervioso-.

-¿Qué duda?-Pregunté curioso-.

-Es sobre un Caballero Femenino Aten...-Respondió Haruki intranquilo-.

Sonreí sospechosamente. 

-Se llama Menhit, y es una excelente guerrera-Sus ojos brillaban soñadores-.

Iba a preguntar si le atraía aquella chica, pero un demonio femenino nos interrumpió. Se trataba de Gomory. La había conocido desde mi llegada al infierno, y la recordaba elegante y tranquila. Pero la Gomory que teníamos allí de frente, estaba desquiciada, y lucía una sonrisa maliciosa con orgullo.

-Nostradamus, una carta llegó para ti-Gomory encaminó hacia mi y me entregó un rollo de pergamino sujeto a una cinta de color amarillo. Cuando hubo entregado la carta, se devolvió a la puerta-.

Haruki la miró con repugno mientras se alejaba. Luego, me miró seriamente y preguntó:

-¿De quién es la carta?-.

Debajo de la cinta, se leía con claridad un nombre.

-"Yǔ"-Escribí con la estela-.

-¿La conoces?-Preguntó Haruki extrañado-.

Negué con la cabeza y miré cuidadosamente el pergamino. "Yǔ" Nunca antes había escuchado tal nombre. Pero de algo estaba seguro. No se trataba de ningún ángel, demonio o humano. Se trataba de un oráculo.

Lucifer:

Como lo había pensado. Lilith renunció a mi propuesta sin siquiera pensarlo bien. Sus recuerdos eran algo muy preciado para ella, y muy peligrosos. Si sus recuerdos sobre el Gran Ángel no existieran, ella volvería a ser la Gran Condesa Vampiresa. No entendía porque Lilith aún hacía el esfuerzo de conservar sus inútiles memorias. 

-Vamos Lilith, no seas estúpida. Ya no recuerdas nada-Dije intentado convencerla-.

-Preferiría morir antes que volver a pelear junto a ustedes-La voz de Lilith era temblorosa y débil. No había seguridad en ella-.

-Hacemos esto por los viejos tiempos. ¿No crees que ya te hubiéramos asesinado antes? Sigues con vida porque es la voluntad del Rey Demonio, aún estima a su única hija-Pronuncié la última palabra con resentimiento. La cara de Lilith ensombreció. A pesar de todo, el Rey Demonio seguía siendo y su padre y era algo inevitable-  ¿No extrañas los viejos tiempos con tu tío?-Lilith solía llamarme así cuando era pequeña. Estaba jugando con su mente- ¿No extrañas esto?- Pregunté bufón, mientras sacaba una copa de mis vestiduras. Era una copa de cristal llena de sangre de humanos. Me acerqué a ella y se la ofrecí. Lilith apartó la cara, pero en sus ojos se veía el deseo- ¿Hace cuanto que no tomas una gota de sangre? ¿Un siglo?- Lo estaba consiguiendo. Lilith dejó de resistirse y miró fijamente la copa-.

Lilith me arrebató la copa con desespero y la acercó con duda a sus labios. 

-Estoy asustada-Susurró Lilith melancólica-Mis recuerdos con el Gran Ángel son muy borrosos...ya ni siquiera recuerdo su nombre-Presurosas lágrimas salían de los ojos de Lilith-Sólo recuerdo mi niñez y mi juventud con claridad...tengo miedo, tío-.

-Si la bebes, todo estará bien. Como en aquellos tiempos-Aseguré satisfecho. La mente de Lilith era muy débil y logré interceptarla con facilidad. Mientras manteníamos aquella charla, iba reduciendo sus recuerdos con el Gran Ángel y había funcionado-.

Lilith bebió la copa de sangre. Al haber tomado sangre, todos sus poderes habían vuelto y sus recuerdos con el Gran Ángel estaban extintos.  


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