Capítulo 24

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Layla:

Terminada la obra, Haruki gruñó molesto.

-¿Ya terminaste?-Preguntó con desdén-No soy amante de la música clásica, sin embargo fue agradable-Haruki tomó su báculo y me apuntó- No permitiré que sigas con tus estúpidos juegos-. 

Apreté el mástil del violín con fuerza. ¿Cómo es que no le había ocurrido nada?, ¿cómo era capaz de seguir allí de pie con energía?. Tragué saliva y transformé el violín en el báculo de la Luna de Invierno. Dí la señal hacia  mis caballeros lunares. Ellos descendieron con elegancia y vigor, se posicionaron en sus lugares de combate y aguardaron a mi siguiente orden. Los ángeles de la música retomaron sus ubicaciones de lucha y esperaron pacientemente. El ejercito del Sol se reorganizó igualmente y un silencio abrumador se instaló en el puente. Tos esperaban impacientemente al golpe que desataría un caos por el que todos habían esperado: El Eclipsim. 

Como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, Haruki y yo atacamos al tiempo, chocando nuestros báculo en forma de x. El impacto entre los dos báculos generó un halo misterioso que desató finalmente el Eclipsim. Por el rabillo del ojo, vi como Oraculum se dirigía hacia su hermano con entusiasmo. Pero no era el momento de desconcentrarme, pues Haruki aprovecharía cualquier descuido mío para atacar. Confiaba en que mis caballeros lunares lucharían con éxito, así que me concentré en los ojos refulgentes de mi contrincante. 

Liberé el báculo de la tensión y enterré la punta posterior en su pie izquierdo. Haruki se doblegó y golpeé su cuello con la parte superior. Sin embargo, Haruki no se quedaba atrás. Me empujó con fuerza con su báculo en mi esternón. Haruki se acercó con gran velocidad al lugar donde había caído y asestó nuevamente un golpe en el abdomen. Detuve el báculo de Haruki cuando este se disponía en reponerse. 

-No creas que esto es tan fácil-Amenacé escupiendo sangre al suelo-Este hasta ahora es el principio-.

Arrojé su báculo a unos diez metros de distancia. Lo impulsé hacia el suelo y aprisioné mi báculo contra su cuello y manos. Él me golpeó con sus pies para intentar librarse, pero yo no iba a ceder tan rápido. Ignoré el dolor que me producían sus débiles golpes. De algo estaba segura: Haruki no era bueno cuando se trataba se pelea de cuerpo a cuerpo. Eso lo tenía bien claro desde nuestra primera pelea. 

Haruki prendió fuego a sus manos y logró librarse de mi presión. Cuando pudo estabilizarse, atrajo el báculo hacia él y le hizo tronar contra el suelo. Llamas refulgentes crearon un círculo a su alrededor, Haruki manejaba las llamas con naturalidad y agilidad. 

-Eres realmente interesante-Susurró dentro de mi cabeza. Subí la guardia y pensé mi siguiente táctica, tratando de ignorar la voz de Haruki- Tu mente es...extraña...pero lastimosamente predecible-.

Me acerqué con ferocidad hacia el círculo de fuego. Era arriesgado, pues eran las llamas más calientes que había sentido en toda mi existencia.

-Ingenua-Sonrío Haruki cuando lo tuve bastante cerca- Sigues cometiendo el mismo error- Dijo contrarrestando mi báculo con el suyo- ¿No te haz preguntado como salí de tu cubo de hielo?-.

Haruki manejaba con motricidad el báculo, pero yo era más rápida, así que mis golpes eran más efectivos. 

-¡Oh! Veo que estas muy concentrada-Se mofó Haruki-.

Cerré mi mente y vacíe mis pensamientos. Pero Haruki se escurría dentro de ellos y los penetraba instantáneamente. 

-Con respecto al cubo de hielo...-Cambié el báculo de mano y asesté una patada en su espinilla-.

Haruki no tuvo tiempo de responder, pues al doblegarse, dirigí mi rodilla hacia su mentón.

-Utilicé el hidrógeno del hielo para escapar-Dijo recomponiéndose-Y lo convertí en energía-. 

Eclipsim ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora