UN SUSPIRO - Country Humans.

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REPÚBLICA FEDERATIVA DE BRASIL - Fronteras con República Cooperativa de Guyana.

Los militares brasileños iban reportando distintos puntos desde donde llegaba el ataque, aun así eran perjudicados por dispositivos que imposibilitaban la comunicación con interferencias. El astuto mexicano se detuvo a ver el gráfico que localizaba las llamadas, se concentraban en el centro. Además, los intentos de rodearlos eran ineficientes. 

Brasil: ¿Un ataque frontal? Si es así, significa que saben donde está el templo.

México: Tal vez no. . . Hubo llamadas por las zonas laterales. Imagina las formas, esta parece una "U". . . ¿Qué hace tan fuerte el centro? Tal vez tengan dos filas paralelas que aseguran la zona, solo bastaría con paralizarlas para debilitar el centro. 

Brasil: Una de las divisiones tendrá que ir al centro. Solo somos dos aquí en el frente.

México: Y solo funcionará si vencemos las formaciones laterales.— insistió con la mirada y ladeando sutilmente su cabeza, una palmaditas en el hombro de parte de Brasil fueron la respuesta.

Ingresando por el Amazonas el ejército de "R.E.D" disfrazado del ejército de Guyana se abría el paso con una formación sólida por dos puntas. Similar a la forma de una "U", el centro avanzaba con firmeza sin dejarse detener por la resistencia.

Alemania: Ningún salvaje a la vista.

Canadá: El español tiene gustos muy exigentes o ¿Debería decir primitivos?— ambos se comunicaban por sus radios, eran lideres de las formaciones laterales.

Alemania: Disparates. ¡Apunten!— fueron apenas unos centímetros lo que salvo a un soldado de ser atravesado por una flecha, los integrantes de los Yanomamis, el pueblo indigena, sobre los árboles rápidamente se movilizaron al escuchar los disparos— Van hacia tu zona. No pierdas la formación.

El sonido de la recarga se sincronizó con un disparo directo hacia la frente del soldado. Los habían encontrado. Se camuflaron e intentaron localizar al enemigo, pero los primeros minutos fueron un infierno al no poder identificar de donde venían las balas.

Alemania: ¡Muéstrame de que eres capaz!— exigió a todo pulmón y se posicionó para activar una bomba en un gigantesco árbol que al caer devastaría el campo de batalla. 

México: ¡Con el bosque no cabrón!— raspando su voz disparó hacia las inmensas ramas podridas de los árboles, húmedas por la lluvia cayeron reduciendo el espacio del enemigo.

Las tropas pisaban los charcos de lodo mientras Alemania esperaba, confiaba plenamente en su audición, en el ritmo común que tenían los soldados. Tan humanos, que compartían el ritmo cardiaco. Todos, menos ellos dos. 

México: ¡¿Qué pretenden hacer aquí?!

Alemania: Dar luz al interfecto y comenzar de nuevo.