UN SUSPIRO - Country Humans.

[ÉCLAT]

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Jamás lo olvidaría, su salvador tenía la apariencia de un verdugo. Poseía la fuerza  de cien monstruos, los cuales muy lejos de ahí rodeaban al escuadrón del mexicano, "¿Francés? ¿Me escuchas? Esto es- es desastroso. . . Perdimos muchos soldados, esas criaturas ya no nos esquivan. Nos destrozan, somos croquetas de perros- ¡Contesta cabrón!", insistía sin poder vencer a la interferencia. 

Soldado: ¡Llegaron al cuartel! ¡No podremos cruzar el río!— la angustia se desbordaba en sus lágrimas y voz casi quebrada, el mexicano sujetó con fuerza su hombro y lo ayudo a erguirse.

México: Esto no se acaba, tarde o temprano llegaremos, solo hay que saber llegar. A esas cosas de allá, las vamos a arrastrar con nosotros. ¡Al mismo infierno!— listo con sus granadas salió y sus soldados le cubrieron la espalda.

"¡Fuego!", ordenó con fuerza el mexicano mientras avanzaban a través de la oscuridad. De pronto un vehículo aceleró contra los débiles árboles y los destruyó. Una lluvia de ramas y hojas gigantes cubrió a sus soldados. Varias cabezas recibieron golpes severos, el mexicano no permitiría que murieran. Usó su cuerpo para proteger a los que podía, hasta quedar inconsciente. . .

<<Todo es gris, el suelo y el cielo, recuerdos dolorosos vuelven reclamando por su olvido. . . ¿Por qué vuelven? Son las voces que con el tiempo van perdiendo su autoridad, "¿Llaman a esto realidad?". Solo es parte de mi yo débil, incluso después de casi morir. Me cautiva soñar con un ayer necesario y un hoy competente. "¡Qué alguien se lo grité a mi yo del pasado!" Pues aún me arrastra su recuerdo, lentamente me acerco al abismo. ¿Por qué no estoy preocupado?>>

Aturdido respiró profundo y escupió la tierra de su boca. Todos sus soldados estaban debajo de los restos de los árboles mientras esas criaturas rondaban cerca. Los despertó sacando unas granadas, y viendo hacia donde correr.

México: Activaré todas las que pueda, deben correr en sentido contrario. ¿Entendido?— les susurró dejando confundidos a los soldados, los cuales se miraban entre ellos.

Soldado: Señor, por favor no lo haga, usted puede morir-

México: No me preocupa morir. ¡Vayan!— gritó y salió entre las ramas llamando la atención de esas criaturas. 

"Lentamente me acerco. . ."

Los huesos afilados de esas bestias amenazaban con desgarrar su propia piel, sus dientes amorfos tenían pedazos de órganos y sus cuantiosos ojos miraban solo a él. Un destello de razón deslumbró su visión, esas criaturas ocultaban con sus cuerpos los explosivos del inglés. Ya no podía detener la granada. . .

"Pues aún me arrastra su recuerdo."

Soldado: ¡No la tire señor! ¡NOOO!

México: Ahg-

Su cuerpo reaccionó sin pensar y golpeó la granada contra su pecho intentando alejar el fuego de los explosivos, pero la granada no se activó. Salvajemente, las criaturas se lanzaron sobre él, pero todas levitaron al intentarlo, las olas de calor los azotaron. Las manos del mexicano temblaban incrédulo de lo que pasaba, más unos brazos por detrás lo rodearon. . . La muerte se alejó de nuevo, y se ocultó en ese gran abismo.