—Se nota que te importa más las mentiras de un pajarito que venir a saludar a tu hombre eh —hablo Giyuu atrás tuyo estremeciéndote y volteando con cuidado viendo como se encontraba sentado en el suelo con los brazos cruzados y las mangas de su uniforme enrolladas. Manteniendo una expresión seria.
Ay ay ay, pero que sexy se veía de esa manera. 🫦
La rayita:
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Dijiste en un risita jugando con tus dedos. Giyuu se sorprendió un poco por tu expresión como si estuviera aguantando una risita.
Él sonrió notando como te acercabas a él. Así que relamió sus labios y cerró los ojos haciendo sus labios como de pato, esperando tu tan preciado y esperado beso.
—¿Qué? —preguntaste burlona soplando su rostro una vez que estabas a centímetros de tu cara, él abrió los ojos e hizo una mueca como si fuera un niño indignándose a los segundos—. Uy tenías algo en la cara.
Él sonrió burlón alzando sus cejas por segundos—. Si que eres vengativa ¿No? —pregunto obvio recordando cuando hizo lo mismo.
—Mmm, tal vez.
—Que mala eres... y yo que estaba tratando de tener piedad y compasión hoy contigo, pero veo que no te lo mereces —dijo viendo el suelo aún siguiendo ahí sentado fingiendo estar sentido.
—Nooo, perdóname —te disculpaste hincándote y quedando casi a la misma altura que él. Aceptabas todo menos horas extras de entrenamiento, y más cuando los entrenamientos de Giyuu eran demasiado... intensos. O algo así.
—No lo sé... convénceme —habló tú alzaste una ceja acercándote a él para besarlo pero simplemente se alejó, notando la mueca que hiciste haciendo que suelte una risita—. Verdad que se siente feo.
—Sí, ahora lo sé — dijiste cabizbaja el sonrío acercando su mano a tu mentón levantándolo y acariciando tu mejilla. Tus ojos brillaron al ver sus facciones tan delicadas y bellas de cerca.
—Perdón —se disculpó y se acercó a ti para darte un cálido y cariñoso beso en tu mejilla haciendo que haga un peculiar ruido que te hizo cosquillas a la hora que se separó de ese inexplicable beso.
—Te perdono... te amo, te adoro —dijiste viéndolo con una sonrisa tierna, él pudo sentir como su interior se derretía haciendo que tape su rostro con sus manos evitando que veas su sonrojo.
—Fakk eres tan tierno —hablaste balanceándote a él en un abrazo mientras te sujetaba de la cintura atrayéndote más haciendo que sientas su cuerpo más cerca.
