Capítulo 7 - Mentiras.

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— ¿Dónde está Cellbit? — Preguntó Missa mirando totalmente horrorizado el rostro de su amigo. — ... Roier-... ¿Dónde está Cellbit? —

La araña siseó y Missa lo tomó como un ataque, así que con rapidez intentó volver a usar su navaja pero esta vez Roier fue mucho MUCHO más rápido. Quitándole con facilidad la navaja y empujándolo con gran fuerza contra la pared. Missa se quejó bajito antes de hacer el intento de volver a levantarse pero el cuerpo de Roier lo obligó a presionarse contra la misma pared. Missa sintió los latidos de su corazón retumbar en su pecho, sintiéndose paralizado del miedo. Roier... Roier era un mutante, había crecido con ellos y no se habían dado cuenta, ¿Por qué?

— Tu- .. tu eres un mutante. — Murmuró con un hilo de voz. — ¿Por qué eres un mutante? —

Roier jadeó antes de apartarse de él como si pudiera quemarse. Missa no hizo el intento de mirarlo, sintió sus piernas débiles y calló al suelo, pronto se dio cuenta el porque se sentía tan cansado. Su piel se erizo al sentir como gotas de sangre caían desde su cuello hasta bajar por todo su hombro, lo había mordido, una mordida llena de veneno. Sollozó ante el dolor y tocó con suavidad la herida en su cuello. Observó horrorizado el rostro de su amigo, como si nunca lo hubiera conocido.

— Mierda, mierda, perdón.. perdón. Lo siento, lo siento Missa...— Repitió Roier antes de agarrar los dos trozos de su máscara y abrir la puerta de salida. — ... Perdón Missa. — Finalizó bajito antes de salir por el mismo sitio del que entró.

Su vista se nublo al igual que todos sus sentidos. Sintió un inmenso dolor en todo su cuerpo y no pudo evitar lagrimear. Lo último que vió fue como Aldo entraba a la casa con confusión antes de verlo con terror y acercarse tratando de socorrerlo. Escuchó con dificultad los gritos de Aldo por llamar a alguien para que lo ayudara. Missa intentó hablar pero solo soltó entre un balbuceo y un quejido lleno de dolor, parecía como si estuviera apunto de morir. Vio como alguien más entraba, cerró sus propios ojos cuando vio los azules de Cellbit mirarlo con sorpresa.

Silencio.

Sentía su cuerpo flotar en un mundo totalmente blanco. Sostenía las manos de alguien, eran suaves y delicadas como si fueran pétalos de flores. El olor también era satisfactorio, olía un montón de tulipanes. Sintió cómo su cuerpo se movía con delicadeza y su cabeza se apoyaba en algo suave, entreabrió sus ojos que observaron el mundo blanco sin nada decorado. Sin embargo lo que le llamó la atención fue el rostro de una hermosa mujer, cabellos azabaches caían por sus hombros, sus ojos rubí lo observaban con ternura y sus labios rojos se curvaban en una suave sonrisa. Missa notó que su cabeza estaba recostada en los muslos de la mujer quien con cariño acaricio sus cabellos como un suave masaje.

— Eres bonita. — Murmuró Missa. Su cuerpo se sentía adormilado y sus ojos estaban cansados, sus párpados luchaban para no cerrarse.

Escuchó la risa tierna de la adonis quien movió lentamente sus alas con felicidad. Missa se dispuso a admirar las plumas de ella, iguales a las de Philza pero con un brillo rojizo y morado. La mujer abrió sus hermosos labios carmesí diciendo algo que Missa no escuchó. Sus cachetes se tornaron rosas ante la vergüenza de estar recostado en las piernas de una chica tan bonita.

— No entiendo lo que tratas de decir..— Susurró el de ojos violetas. — ¿Cuál es tu nombre? —

Por mucho que la adonis abriera su boca para tratar de avisarle de algo, no pudo decir nada coherente. Todo se volvió negro, todo desapareció y quedó solo Missa recostado en la nada. Parpadeó con cansancio, sintiendo nuevamente el dolor de la mordida de Roier y dando un fuerte jadeó de dolor que hizo que se despertará de su ensueño. Sus ojos horrorizados miraron todo a su alrededor buscando algo o alguien. Se sintió aliviado al ver a Cellbit sentado en una silla mientras dormía plácidamente. Analizo sus facciones, su rostro estaba bien, su piel estaba de un color vivo y no estaba lastimado. Missa frunció su ceño.

𝓡𝓮𝓼𝓹𝓵𝓪𝓷𝓭𝓮𝓬𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓮𝓵 𝓢𝓸𝓵 ✦ 𝓓𝓮𝓪𝓽𝓱𝓭𝓾𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora