Capítulo 10 - Rencarnación.

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Missa no lo podía creer. Todo este tiempo había pensado que todas esas miradas que le dedicaba a Philza se trataban del efecto que hacía con su aura, pero resultó que no, que nunca había sido hipnotizado, que su cuerpo realmente se ponía así de nervioso junto con Philza sin ningún tipo de motivo alguno. Se encontraba tirado en una suave cama de algodones y hojas, parecía un nido de pájaros, pero en realidad era más comodo de lo que parecía. Intentó dormir toda la noche en ese sitio que le había dado el rubio para que recuperará fuerzas. Pero el sonido de los pequeños ronquidos de Chayanne a su lado junto con sus pensamientos intrusivos lo desconcentraban. Como dijo antes, Philza le había dado este sitio, que era la habitación del Elenio, pero el rubio estaba muy alejado de él. El nido era inmenso. A su lado izquierdo se hallaba Chayanne, y a la derecha Tallulah con Philza, pero a una gran distancia.

No supo en que momento el pequeño adonis se había acercado a él hasta abrazarlo por el brazo, babeando tiernamente ante el sueño. Missa suspiró, por alguna razón su mirada se dirigió a la espalda de Philza, no viendo su rostro volteado. Sus alas habían dejado de brillar, suponía que estas eran más relucientes al día, si no fuera porque este durmiera todas las noches hubiera pensado que estuviera muerto, por su gran pálidez notable. Sintió lástima y inseguridad el pensar que, si no hubiera sido él el que hubiera encontrado a Phil por la noche y hubiera sido otro humano lo hubiera asesinado fácilmente si no llegaba a ser hipnotizado a tiempo. Dentro de unas horas Missa se dispuso a intentar dormir, pero otra vez, no pudo, escuchó a los cuervos de afuera hacer sonidos demasiado ruidosos. 

Pensó en ignorarlos, ¿Era extraño decir que quería hacercarse más a Philza? La distancia lo incomodaba. No entendía porque reaccionaba así, no se supone que debería de sentirse así, estaba mal, muy mal. Los adonis no podían tener otra pareja, Missa no podía enamorarse de un adonis tampoco, eran sus enemigos de nacimiento. Estar en esta situación era sumamente irónica, se pregunto si así Mariana se sentía con Slime, quien sabe, a lo mejor estaba equivocado. Al final sus párpados cayeron y por fin pudo dormir después de ese revoltijo de emociones juntas. Por suerte durmió comodamente sin ningún tipo de inconveniente.

O eso pensó hasta que un pequeño cuerpo se le lanzó encima y tuvo que abrir sus ojos. Ya era de mañana y lo primero que observo fue a Chayanne tirado encima de él para despertarlo. Philza estaba acomodando su collar de corazón, encontrandose sentado en la esquina del nido. Tallulah andaba pegada a él, siempre lo estaba. Missa tuvo que acariciar sus parpados ante los gritos de Chayanne por levantarlo.

— ¡Vamos, señor Missa! ¡Levantese! ¡Hoy aprenderé a volar! — Rió con entusiasmo. El mitad humano se sorprendió del español de este.

— ¿Volar? — Preguntó con voz ronca debido a recién levantarse. Suponía que sus ojeras eran notorias, pero eso al parecer no le importaba al pequeño.

— What are you guys talking about? — Preguntó Philza observando curioso a ambos. 

— He says he's going to fly today, do you know what he means? — Dijo Missa con cansancio, obligando a su cuerpo a sentarse.

— Oh yes. — Rió Phil antes de acariciar con cariño los cabellos rubios de su hijo. — It's the day after all. — Murmuró con cariño. El mitad humano observo tratando de descifrar a que se refería.

— It's the day after all? — Pregunto ingenuamente Missa.

— All children at this time of year learn to fly. Of course, those who are Chayanne's age. —

— Oh wow, awesome. — Dijo el de ojos violetas recibiendo un asentimiento como respuesta por parte de Philza.

Tal como dijo el rubio, todos los adonis estaban fuera con sus crías quien parecían igual o más emocionados que Chayanne por aprender a volar. Algunos estaban asustados pero eran consolados por sus padres, según Philza a Tallulah le faltaba desarrollar un poco más sus alas para aprender a volar. Missa no podía evitar sentirse asustado, a pesar de no ser padre de Chayanne estaba preocupado por él. Pues había entendido que se les enseñaba a volar desde el gran árbol, y no podía evitar hacerse ideas con Chayanne cayendo al suelo, lastimandose una rodilla o peor, recibiendo un golpe en la cabeza. Sin embargo, también confiaba en Philza, sabía que no dejaría que nada le pasara a su hijo.

𝓡𝓮𝓼𝓹𝓵𝓪𝓷𝓭𝓮𝓬𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓮𝓵 𝓢𝓸𝓵 ✦ 𝓓𝓮𝓪𝓽𝓱𝓭𝓾𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora