Capítulo 12 - Rescate.

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Los sonidos de los cuervos era lo unico que se escuchaba por todo el lugar junto con los gritos de victoria de los humanos. Philza intentó hablar aún con la cinta en su boca, los rayos del Sol no alcanzaban a darle y eso lo volvía muy débil, ya que hace un día que no había podido estar en este. Además que después de la muerte de su pareja, Phil se había vuelto muy inestable, necesitaba del Sol para tener fuerzas. Tembló bajo las cadenas y observo a los cuervos que chillaban llamándo. Algunos se atrevían a atacar a los humanos que se acercaban demasiado a él, pero no podían hacer mucho, solo se llevarían unos cuantos picotazos y pequeños aruñazos, pero nada más. Ahogo un quejido cuando alguien pisoteo su espalda y alas como si fuera una caza exitosa, como si fuera un animal para comer.

— ¡Amigos, lo tenemos! Recuerden lo que dijo Cellbit, no se mira si no quieres que te hipnotize, no se mata hasta que todos los adonis esten acá, ¿Vale? — Dijo alguien y todos los demás asintieron. Philza vió de reojo a los humanos, cuyo rostro se ocultaban tras una máscara esqueletica. Arrugó su nariz, le causaba repulsión el aura que emanaban. 

Su cuerpo se sentía mal, su cabeza sangraba junto con su nariz. Lo bueno es que había acabado con más de la mitad de sus hombres, lo malo es que habían llegado más humanos de refuerzos. Philza apenas podía fijar la vista, esta también estaba fallando, un rayo, solo necesitaba un pequeño rayo de sol, moriría si tan solo llegaban a cortarle una ala. Su respiración apenas se mantenía calmada, sentía que sus párpados se cerraban, pero no por sueño, si no por pura débilidad, dudaba que se desmayaría, pero la idea de que sus ojos descanzaran un poco no parecía tan mal. 

Lo peor fue cuando su cuerpo fue arrastrado por el suelo, como si se tratara de un montón de basura. Su piel se raspó y quemo con las rocas del suelo y la fricción de la tierra. Quisó gruñir cuando fue obligado a alzar su cabeza, el sentir como tu cabello era jalado no era la mejor de las sensaciones. Philza pensaba internamente en como acabar uno por uno, no era cruel, tampoco vengativo, pero si significaban un peligro no dudaría, Kristin lo aceptaba. Odio la forma en que el humano desconocido que se había atrevido a sostenerlo lo miraba, podía ver como atravez de la máscara un brillo leve comenzó a resurgir, más específicamente uno dorado. 

Idiota. Lo primero que dijeron.

— ... Todo un gringo. — Murmuró el humano. Phil achicó sus ojos al ver como se iba acercando lentamente a su rostro. El elenio no desaprobechó la oportunidad de dedicarle un fuerte cabezasó para que se apartará de él.

Avaricia. Lo sentía.

— ¡Imbécil! No se toca la mercancía, no seas pendejo. — Gruñó otro, regálandole una abofetada al contrario. — ¡Mira tus ojos! Un poco más y a saber lo que te pasaría. Idiota. —

— ¡De todas maneras lo mataremos! Exijo una parte de sus alas, servirían para almohadas. —

— ¡Ya paren hijos de la chingada! ¡Tu cabeza me servirá como almohada si sigues con tus putas mamadas! — Gritó ahora Aldo acercandose a los otros dos. — ¡Dejen de-...! Ah, verga. — Insultó al ver siluetas de adonis bajar en picada. — ¡Empezó! —

Philza lo primero que vió fue como un adonis de los suyos bajaba para agarrar con fuerza a uno de los humanos y tirarlo por los aires haciendo que muriera de caída. Después de él empezaron a atacar los demás, intentó gritar cuando por fin pudo divisar a Missa en medio de ese caos. Estaba con una gran espada y tenía su típica máscara esqueletica, a pesar de que no podía observar su expresión, su aura era de miedo, y sus manos tenían leves temblores. Philza quiso acercarse a él, pero no podía. Sin embargo no hizo falta que se moviera para que Missa lo notará a lo lejos, este de inmediato corrió a su dirección para intentar desamarrarlo.

𝓡𝓮𝓼𝓹𝓵𝓪𝓷𝓭𝓮𝓬𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓮𝓵 𝓢𝓸𝓵 ✦ 𝓓𝓮𝓪𝓽𝓱𝓭𝓾𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora