Extra - 1

143 24 8
                                    

— .... Oh my god... — Fue lo único que salió de la boca de Slime cuando observó aquella luna carmesí. 

Los humanos gritaban aterrados, dandose empujones para tratar de correr lo más rápido que sus piernas le permitían. Niños lloraban sin entender nada de lo que ocurría. Pac siseó molesto tratando de calmar a la gente junto con Fit, sin embargo nada funcionaba. El bulto de personas empezó a huír, pero cuando la tierra se levantó por el impacto de alguien cayendo con gran brusquedad de pie, todo se detuvo. Las personas gritaron horrorizadas cuando sus ojos fueron iluminados por una gran luz que salía de un adonis, y el calor inundó el ambiente cuando sus alas doradas se estiraron. Sus ojos negros careciendo de cualquier brillo azul de antes mostraban fríaldad pura. Slime y Fit se miraron con horror al ver que se trataba de su amigo. Sus alas doradas tenían un gran efecto de fuego, y su piél antes pálida se derretía en lava. Todos fueron testigos de como el tatuaje en el hombro del rubio era un Sol totalmente negro, del mismo color que sus cuencas vacías, pupilas rojas fuego tardaron en mostrarse.

Y ahí fue cuando la gente empezó a entrar más en pánico queriendo correr del otro lado, pero grande fue la sorpresa de todos al ver al Artemis oscuro sonreír con burla mientras sostenía su guadaña. Todos los humanos se quedaron paralizados, sin escapatoria alguna. Pac miró horrorizado a Mike quien tragó en seco antes de bajar la mirada dando por rendido todo. El tatuaje de Missa carecía de color también, negro, igual que algo podrido.

— Por favor no... — Sollozó una mujer mientras ocultaba a sus pequeños detrás de ella temiendo lo peor.

Huesos filosos salieron del craneó de Missa formando dos grandes cuernos. Su agarre en la guadaña se hizo más fuerte y una risa sombría resonó en todo el lugar. Todos empezaron a sudar cuando vieron como el Elenio se iba acercando lentamente, y pronto no tardaron en arrodillarse y caer cuando no pudieron con la gran aura que desprendía, gotas de lava caían al suelo quemando todo a su paso. Y cuando alzó el vuelo todos se daban por muertos, pero grande fue la sorpresa cuando vieron como este chocó de inmediato con Missa quién ya había puesto sus brazos en una cruz para protegerse del golpe, sus huesos eran lo suficiente resistentes como para soportar el calor. Su mano derecha no soltó la guadaña, y la utilizó rápidamente para darle al rubio no tardándo en clavarsela en su pecho, alejándolo lo suficiente para que chocará contra un árbol que fue calcinado al momento de tocarlo.

— ¡Haha! ¿Qué pasa, Phil? Puedes dejar de darme piches putazos, ¿Sabes? — La guadaña empezó a derretirse en el pecho del rubio, pero Missa no tardó en sacar otra. — Solo necesitas... olvidar. — Rió antes de esquivar otro golpe del rubio. — Podemos crear un mundo nuevo, resurgir algo entre las cenizas, Elenio. —

Ambos chocaron brazos cuando Philza quisó volver a lastimarlo. Missa rió con cínismo retrocediendo, obligado por la fuerza que tenía el rubio ante él. El de ojos violetas se quejó bajo cuando empezó a sudar lentamente, su cuerpo estaba empezando a arder por el tacto, de inmediato un golpe impacto en su rostro que hizo que trozos esquéleticos de su rostro fueran quitados. A pesar de ello, no tardaron en salir unos nuevos. El Artemis de inmediato alzó sus alas para empezar a volar, tratando de tener una ligera distancia contra el contrario. Philza no lo dejó, sus alas en fuego también se alzaron en vuelo para perseguirlo. Chocaron en nuevo impacto, la mano llena de lava apretaba con fuerza el cuello del contrario queriendo quemarlo de una vez por todas. Grande fue su sorpresa al ver como Missa sonreía con sorna antes de tomar con fuerza el mismo brazo de Philza que lo apretaba no importandole que sus huesos se empezaran a caer.

Aún volando, Philza no se dió cuenta cuando el Artemis lo obligó a bajar en picada junto a él hacía uno de los lagos de la zona, llena de suciedad como era normal. Missa sonrió cuando tuvo la oportunidad de cambiar posiciones, ahora estaba arriba del Elenio, ahorcándolo mientras lo veía ahogarse con el agua de la orilla que le llegaba hasta la cintura de Missa. El agua empezó a hervir, y con él el cuerpo y alas del Elenio empezaron a perder su carácteristico brillo, sus alas se tornaron negras y su piel volvió a su pálido normal, sus ojos azules volvieron, lo único que cambio fue que su hermoso cabello dorado se había tornado alvino. Jadeó intentando buscar aire sin éxito, ahogandose con el agua sucia. Intento aruñar las manos de Missa, incluso apartarlas pero empezó a sentir mucho frío.

𝓡𝓮𝓼𝓹𝓵𝓪𝓷𝓭𝓮𝓬𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓮𝓵 𝓢𝓸𝓵 ✦ 𝓓𝓮𝓪𝓽𝓱𝓭𝓾𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora