𝓡𝓮𝓼𝓹𝓵𝓪𝓷𝓭𝓮𝓬𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓮𝓵 𝓢𝓸𝓵 ✦ 𝓓𝓮𝓪𝓽𝓱𝓭𝓾𝓸

Capítulo 16 - Comienzo del eclipse.

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Los días faltantes pasaron. Philza le había dado pequeñas clases al mitad humano de las cuales de nada sirvieron según Missa, pero el rubio no pensaba así. Missa todavía no se acostumbraba a andar sin su máscara. 

Missa estaba asustado.

Todos los adonis estaban en las ramas de los árboles, observando como el eclipse comenzaba, el hermoso contraste entre dorado y un violeta azulado recién era mostrado. Missa estaba parado en el suave césped, en medio de todos los árboles, vió a Philza quien empezó de poco en poco a sentarse en el suelo. Sin embargo, eso no fue lo que llamó su atención, fue el tatuaje sol que estaba en su hombro. Missa parpadeó totalmente sorprendido, brillaba como el eclipse, era hermoso, de un color tan dorado como su cabello. Las alas de Philza se abrieron de par en par, sintiendo sus plumas moverse por el viento. Y cuando la mirada azulada del adonis se dirigió hacia Missa, supo que tenía que sentarse a su lado. El mitad humano no tardó en tragar en seco, indeciso de que esto funcionará.

Tenía que mantener la calma y eso era algo que nunca en su vida había logrado hacer. No tardó en ir al lado de Philza y ponerse en su misma posición, sin embargo por su mirada confusa el rubio supo que tenía que explicarle como proceder. Todos los adonis estaban tranquilos solamente presenciando el hermoso paisaje.

— I need you to breathe. You will take my hands and we will close our eyes. — Murmuró Philza bajito notando la exagerada tensión que tenía su compañero.

— ¿Por qué? —

— We have to connect. And you, as I said before, will be the key. —

— Esto parece más bien una declaración de amor, ¿Conectar y yo ser tu llave? — Se burló Missa para tratar de relajarse. Phil río bajito, sintiendo sus mejillas arder.

— Maybe... —

— Espera- ¿Qué? —

— The hands. — Habló Phil estirando sus propias manos esperando a que Missa las tomará.

Y Missa dudó por un leve segundo antes de acercar sus manos a las del rubio. Sin embargo, no pudo hacerlo cuando una bola de humo cayó en sus narizes y empezó a esparcirse por todo el lugar. Los chillidos de los adonis no tardaron en llegar y todos empezaron a volar, uniendose como si fueran águilas buscando a una presa muerta. Missa tosió antes de ser agarrado por Philza que intentó llevarlo a otro sitió lejos del humo que los ahogaba a todos. El caso es que, no pudo llegar muy lejos, al primer aleteo de sus alas se cayó después de ser golpeado por un cuerpo más grande. Missa se golpeó la cabeza contra una piedra ante ser soltado en medio de un vuelo, dió un quejido ante el dolor que lo aturdió, prontó se dió cuenta del líquido carmesí que salía de su frente.

Philza por el contrario, se encontró boca arriba, sorprendido por la fuerza que había hecho que cayera. Se horrorizó al ver la imagen de una gran araña encima de él, era uno de los seres agresivos, pero era imposible, ¿Cómo habían llegado? De todas maneras no pudo pensar mucho cuando otra gran araña apareció entre la neblina listo para atacar a Missa. Ni el mismo Philza no sabe como logró salir de debajo de el ser que lo sostenía, aleteó sus alas tan fuerte que dolieron. Logró tomar con velocidad al mitad humano antes de que la otra araña con forma femenina lo sostuviera. Salió de entre el humo, volando hacía arriba con todas sus fuerzas y sintiendo miedo cuando no vió a los demás adonis. Missa apenas estaba vivo, seguía totalmente aturdido, parpadeando con pesadez, contrario al rubio que parecía que le iba a dar un ataque de pánico al no sentir las presencias de los demás alados.

— No, no, no... — Repitió tratando de buscarlos con la mirada. Observó aterrado el eclipse seguidamente, no quería perder sus alas, y mucho menos al resto de su familia.